Yoel: "Se tardaron años en apostar por un portero de la cantera pero ahora estamos dos"


Yoel Rodríguez agradece a un tío suyo que cuando tenía seis años le pusiese a jugar de portero. Tenía mal perder y acababa dando patadas a todo el mundo cuando los resultados no le iban mal. Entonces, su familiar lo convenció para que se pusiese en la portería. Ahora, el guardameta vigués de 23 años está a 42 minutos de batir el récord de imbatibilidad de Pablo Cavallero, lo que le convertiría en el tercero de la historia del Celta con mejor registro de imbatibilidad. Agradece también el apoyo que le prestó Pinto cuando comenzó a entrenar con el primer equipo celeste.

– Ya solo le quedan por delante Cavallero (589 minutos), Fenoy (687) y Capó (794) para batir el récord de imbatibilidad de la historia del Celta.
– Sí, pero de lo que realmente estoy orgulloso no es por batir récords sino porque mantener la portería a cero nos da mucha vida. Y lo más importante, como digo siempre, es que el equipo sigua sumando puntos.

– ¿Tenía referencia de estos tres porteros?
– De Cavallero sí porque cuando él estaba en el Celta yo era recoge pelotas en Balaídos. De Fenoy y de Capó solo sé que fueron porteros de este club pero nunca vi partidos de ellos.

– ¿Se ha interesado por la trayectoria de Fenoy y de Capó después de que volviesen a la actualidad del Celta gracias a lo que se ha hablado últimamente de su excelente racha?
– De Fenoy conocía su trayectoria desde que llegué al Celta. Fue uno de los grandes que jugó en Vigo. Respecto al récord, creo que ellos tampoco pensarían en ello porque las cosas surgen sin más, intentando realizar bien tu trabajo.

– ¿Se piensa en ello durante los partidos?
– Cuando más pienso en mantener mi puerta a cero es cuando el equipo se pone por delante en el marcador. Ahí es cuando realmente piensas en eso.

– De los porteros que conoció en Balaídos, ¿cuál le llamó más la atención?
– Tuve la suerte de entrenar con Pinto, Esteban, Falcón, Notario y Luis García, y se aprende mucho de ellos, sobre todo de los que son más veteranos. De todos se aprende. Ahora estoy trabajando con Sergio y me siento muy a gusto, sobre todo porque te hace mejorar.

– ¿De cuál guarda mejor recuerdo?
– De Pinto, no solo por cómo era jugando sino por cómo me trató. Por eso quiero agradecerle que me haya ayudado a mejorar y que me apoyara cuando comencé a entrenar con 17 años.

– Está a 42 minutos de superar al tercer portero menos goleado en la historia del Celta, Pablo Cavallero. El siguiente partido es en Balaídos, donde sólo ha encajado siete goles esta temporada. ¿Ve más fácil batir esa marca?
– A cualquier jugador le gusta estar en una lista como esa pero es difícil batir una marca porque todos sabemos la dificultad que presenta la Segunda División. No es nada fácil mantener la portería a cero durante tantos partidos. Está claro que nosotros, sin el resto del equipo, no tenemos nada que hacer. Lo único que intento es mantener mi puerta a cero el mayor tiempo posible y si eso sirve para ganar, como en Girona, pues mucho mejor.

– ¿Dónde se siente más cómodo jugando, en casa o fuera?
– Como te sientes cómodo es jugando. Me siento igual de cómodo en casa que fuera. Es cierto que ante tu gente tienes una mayor motivación pero la confianza se adquiere jugando, no depende del lugar.

– Es extraño que en el Celta triunfe un portero de la cantera.
– Tanto Sergio como yo estamos demostrando que se puede confiar en nosotros. Además, viene gente de abajo empujando con fuerza, como Rubén y como fue Manu Táboas, que ya no está aquí [firmó por el Sporting]. Además hay gente triunfando fuera, como Dani, en el Rayo; Roberto, en el Granada, José Juan, Almunia. Los porteros de aquí siempre tuvimos buena fama.

– Roberto y Emilio, por ejemplo, tuvieron que irse de Vigo para ganar el Trofeo Zamora porque aquí no le dieron oportunidades. Da la impresión de que no se les valora mucho.
– En mi caso creo que se me está valorando. Sí es verdad que se tardaron años en volver a apostar por un portero de la cantera, pero ahora estamos dos en el primer equipo.

– ¿Cómo se aficionó a la portería?
– Empecé a los seis años. No me gustaba la portería, me metió mi tío porque tenía muy mal perder y entonces solo daba patadas, sin mirar ni al balón. Ahora tengo que agradecérselo.

– ¿En qué equipo comenzó?
– Era cuando estudiaba en el colegio Valle Inclán y el equipo se llamaba Julimar.

Jaime Conde / Faro de Vigo

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