Orellana no conoce a esta afición


Foto: Jorge Landín / Marca

Fabián Orellana se convirtió en el gran protagonista de la tarde de hoy. El chileno llevó al extremo su afición por pasar de héroe a villano y viceversa en casi cada partido. Hoy comenzó siendo un villano cuando a los cinco minutos marró incomprensiblemente un gol cantado. Y eso que la jugada comenzó muy bien, ya que Orellana se deshizo del portero con un elegante sombrero y del último defensa con un caneo, pero con la portería vacía se le apagó la luz, dudó entre tirar o dársela a su compañero y cuando se quiso dar cuenta le habían quitado el balón. 

La afición le recriminó su jugada y se le echó literalmente encima. Cierto que también había aplausos, pero a partir de aquel momento cada vez que tocaba el balón, se le echaba la gente encima. Orellana demostró que tiene carácter, no se amilanó ni le amedrentaron las protestas, se decidió a lanzar una falta y siguió pidiendo el balón cada vez que éste pasaba cerca de él. No lo soltaba, no se quitó nunca la responsabilidad, asumió los silbidos a pesar de que debe de ser bastante duro jugar bajo esas circunstancias. 

Así, cuando marcó el gol, la adrenalina del chileno se disparó y se llevó el dedo a la boca en un inequívoco gesto de mandar callar a la grada. Es una reacción que seguramente se podría haber ahorrado, como también se podría haber ahorrado la afición la exageradísima reprimenda al chileno. Orellana tendrá que aprender como es la afición del Celta. Si hubiese fallado el gol con el Celta ganando holgadamente igual hasta se ganaba una ovación, o incluso la gente no se enteraría porque estaría entretenida haciendo la ola, pero claro, fallar un gol en el minuto 5 con empate en el marcador, y sin casi tiempo para logar el tanto de la victoria llevó a la afición al desespero. 

Una afición que vive las cosas como si no hubiese mañana, que celebra las victorias más pírricas como si de una Champions se tratase, y una afición que magnifica los errores de nuestros jugadores cuando el marcador va en contra, que silba, que protesta, que resta más que suma. Una afición, en suma, que no ayuda al equipo. Y no lo digo por todos, que sé que no todos los que estabáis en Balaídos silbásteis a Orellana, pero es indiscutible que una gran mayoría sería mejor que se quedasen en casa, o al menos, que respirasen hondo antes de hacer determinadas cosas. El día que Orellana entienda como es esta afición, no hará eso al marcar un gol. 

1 comments:

Laradhien dijo...

Orellana deberia tener un poquito mas de respeto x los aficionados que al fin y al cabo, somos por quien se le paga el sueldo. No estoy de acuerdo con que le hallan pitado, aunque entiendo la frustración de la gente en Balaidos ya que Orellana se dedica a jugar más individualmente que a contar con sus compañeros. Siempre ha sido asi y es algo que no podemos negar al igual que no es tiempo para andar a perder oportunidades por hacer florituras, que la clasificacion en segunda esta muy apretada.
Como una vez le escuche decir al entrenador del Victoria " Vale Orellana ya se que sabes hacerlo, ahora no lo hagas. Y juega en equipo".
Que a marcado un gol, si, y bienvenido sea, pero ese es su trabajo, jugar para darnos el mayor numeros de victorias posibles.

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