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Foto: La Opinión |
Yoel siente el Celta como algo propio, que lleva bajo la piel. Salió al campo a calentar besándose el escudo en dirección a los aficionados celestes. Y sale del vestuario demudado tras haber recogido en dos ocasiones el balón de sus propias mallas. Instantes duros, que no se le olvidan. Un gol en propia meta y un trallazo imparable. "Son cosas del fútbol. Les podía haber pasado a ellos. Esperemos que se nos den mejor las cosas en el derbi de la segunda vuelta". "Debemos estar orgullosos del trabajo que hemos hecho", declara el portero vigués, que se confiesa "muy jodido. No merecíamos perder".
Lo lamenta especialmente por lo pesaroso que le habrá resultado el desplazamiento de regreso a los aficionados célticos. "Sabemos que este era un viaje muy bonito para ellos. Queríamos dedicarles la victoria. Siento mucha pena".
Más contento estaba el inquilino de la portería contraria. El Deportivo lo retuvo este verano, pese a su elevado caché. Sabía Oltra que Aranzubia debía ser una pieza clave en la pelea por el ascenso. "Es un gran portero y hoy ha realizado buenas paradas", lamenta David Rodríguez, que tuvo algún balón en sus botas que en su mente ya concebía como gol.
La presencia del talaverano en la alineación inicial fue la gran sorpresa que reservaba Paco Herrera en el juego de señuelos que había mantenido con Oltra durante las últimas horas. Hace algunas semanas consideraba difícil que David y Iago Aspas coincidiesen juntos de salida en el campo. El sábado, en la rueda de prensa previa, ya advirtió que había modificado ese pensamiento. Al final, puso a ambos. Llenó la delantera de pólvora. Paradójicamente, el Celta careció de la pegada de otros encuentros.
Con todo, David Rodríguez confiesa que está bastante satisfecho con su actuación, partiendo desde la banda izquierda. "Ya había jugado ahí en otras ocasiones y me he sentido bastante cómodo".
Faro de Vigo
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