Foto: Marta G. Brea |
El balance, aunque mejorable, ha sido muy positivo: cuatro victorias (Numancia, Huesca, Girona y Villarreal B), un empate (Xerez) y sólo una derrota (Las Palmas). Importantes triunfos tanto en casa como fuera, una inesperado tropiezo en Balaídos ante los canarios y una meritoria igualada ante, probablemente, el rival más complicado de toda la serie que han permitido al Celta abandonar su posición en mitad de la tabla y pasar a ocupar el cuarto puesto de la clasificación a sólo dos puntos del ascenso directo.
Apreciará el lector que donde dije siete partidos, sólo estoy recogiendo seis. Este último es el de un Cartagena que poco o nada se parece a aquel equipo de hace mes y medio. Los blanquinegros, próximo rival del Celta en Balaídos, han despertado de su letargo, abandonando su desahucio y convirtiéndose en un conjunto temible que, de continuar en la línea de los últimos partidos, puede aspirar a algo más que la permanencia. Por lo tanto, si por aquel entonces se consideraba el partido frente a los cartagineses como un duelo, a priori, asequible para el Celta, hoy por hoy la sensación es totalmente opuesta.
El duelo frente a la Efesé es el primero de los cuatro choques de enjundia que aguardan a los vigueses a lo largo de un mes de noviembre que no se presenta nada dulce. Después del choque de este sábado en Balaídos, llegará la gran cita del fútbol gallego en el estadio municipal de Riazor. Celta y Deportivo se verán las caras cuatro años después en un duelo que promete ser apasionante, con un estadio a reventar, y dos escuadras en busca de la hegemonía del fútbol gallego, además de tres puntos que pueden dejar muy tocado emocionalmente a un rival directo por el ascenso. El sábado siguiente al gran derbi, visita Balaídos un Hércules que con sumar sólo un punto más en estas dos jornadas llegará líder al feudo vigués, en lo que será un partido vital para que los de Paco Herrera recuperen terreno respecto a un adversario intratable hasta el momento. Finalmente, noviembre se cierra con una visita al Mini Estadi para jugar ante el siempre peligroso filial azulgrana, quien acumula, al igual que el Celta, tres victorias consecutivas en la última semana.
Una vez atravesados los Pirineos llegan los Alpes de la competición en un mes que puede clarificar muchas cosas en torno al futuro de este Celta. Que los de Herrera viven un buen momento es algo indudable, pero no es menos cierto que esta racha de victorias se ha producido ante equipos de nivel inferior. Toca ahora demostrar que la superioridad del conjunto celeste también puede trasladarse a choques ante claros candidatos al ascenso como Deportivo o Hércules. En el inicio de la competición, ante Elche, Almería y Valladolid, los vigueses no dieron la talla. No obstante, este Celta es mucho mejor que el de los albores de la competición y parece preparado para dar un golpe sobre la mesa en esta serie de partidos. Ha llegado la hora de la verdad, y lo hace en un mes de noviembre que, a diferencia de aquella película de Keanu Reeves y Charlize Theron, será de todo menos dulce.
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