La maldición de los recién ascendidos



El del próximo sábado en Balaídos se ha convertido en un partido de vital importancia para el Celta. Tras tres derrotas consecutivas, el equipo dirigido por Paco Herrera precisa de una victoria para despejar todos los fantasmas generados en la última semana y volver así a engancharse a la zona alta de la tabla. El rival será el Sabadell, un recién ascendido que, si nos fiamos de los últimos precedentes, es muy probable que logre rascar algo positivo del feudo vigués.

Y es que desde que los celestes cayeran al pozo de Segunda parecen atragantársele los debutantes en la categoría. Una campaña tras otra, tanto en casa como fuera, el Celta ha sido incapaz de doblegar a equipos que, un año atrás, jugaban en la división de bronce del fútbol español. Sin una razón aparente, los celestes se han dejado infinidad de puntos ante escuadras inferiores a priori, y que después han terminado echando de menos.

En la temporada 2007/2008, la del regreso a Segunda División, el Celta sólo fue capaz de sumar un tercio de los puntos posibles ante equipos procedentes de Segunda B. Ocho puntos logrados mediante dos victorias (2-1 al Sevilla Atlético y 0-2 al Córdoba), otros tantos empates (1-1- frente Rácing de Ferrol y Córdoba) y cuatro derrotas (0-1 y 2-1 ante el Éibar y 2-1 contra Sevilla Atlético y Rácing de Ferrol).

A la campaña siguiente, la 2008/2009, las cosas fueron todavía peor en este aspecto. Únicamente cinco puntos sobre veinticuatro posibles: ninguna victoria, cinco empates (0-0 ante Huesca en el Alcoraz y frente al Rayo en Balaídos, 2-2 contra el Girona en Montilivi y también 2-2 en los dos enfrentamientos ante el Alicante) y tres derrotas (con Girona y Huesca por 0-1 y ante el Rayo por un humillante 4-1).

Al año siguiente los números, aunque mejoraron levemente, continuaron siendo paupérrimos. El Celta fue capaz de sumar dos triunfos (al Cartagena por 1-0 y ante el Cádiz por 2-1), un empate (1-1 en Cartagonova) y cinco derrotas (0-2 y 1-0 frente al Villarreal B, 2-0 y 0-1 contra el Real Unión de Irún y 3-1 en el Ramón de Carranza) para un total de siete puntos.

En la última campaña, la mejor de todas en esta última travesía por la Segunda División, los registros no fueron para nada brillantes. Los de Paco Herrera sumaron ocho puntos de veinticuatro posibles. Solamente vencieron en una ocasión (3-0 al Alcorcón), cayendo derrotados por dos veces (1-0 en Santo Domingo y 1-2 frente al Barça B) y cosechando cinco igualadas (1-1 en los dos partidos frente al Granada, 1-1 en el Mini Estadi, y 0-0 y 1-1 frente a la Ponferradina).

Este nuevo curso las cosas han empezado bastante bien, pues el Celta venció por 1-3 al Murcia en la jornada inaugural. Quince jornadas después, un nuevo recién ascendido, el Sabadell, vuelve a enfrentarse a los célticos. Será el primero de una serie de tres encuentros que, en poco más de un mes, disputarán los vigueses ante debutantes en la categoría. Tras los catalanes, el Guadalajara será el encargado de visitar Balaídos dos semanas más tarde, justo antes de un parón navideño que llegará a su fin ya en enero, con la visita a El Collao para medirse al Alcoyano.

A fin de cuentas, tres choques de importancia máxima si los de Paco Herrera no quieren perder el tren del ascenso demasiado pronto. Esperemos que, de una vez por todas, los vigueses sean capaces de romper esa extraña maldición que parece perseguirle ante equipos recién ascendidos y cosechar una buena cantidad de puntos que a buen seguro resultarán vitales para la consecución del objetivo final.

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