![]() |
Foto: FCB |
El Celta nos ha vuelto a desilusionar. Esperábamos un partidazo en el Mini Estadi, se enfrentaban dos equipos valientes, probablemente los dos conjuntos que mejor fútbol hacen en Segunda. Todos sabíamos que sería un partido difícil, nunca es fácil ganar cuando enfrente tienes a jugadores como Rafinha, Montoya, Deulofeu o Bartra (todos ellos, a poca suerte que tengan, seguro que algún día serán internacionales absolutos). Nadie iba a reprochar nada si se perdía mientras siguiésemos mostrando la ambición de los últimos partidos.
Sin embargo, a Herrera se le olvidó la única lección de verdadero provecho que el entrenador rival había dejado en Vigo: Somos el Real Club Celta de Vigo y no tenemos miedo a nadie, y menos en Segunda División.
A pesar de las dos últimas derrotas, en los dos últimos meses el Celta había encontrado su estilo, el camino que nos debía devolver a Primera y todos teníamos la sensación de que la clasificación nos acabaría situando donde nos merecíamos. Pero esta fue una derrota distinta a las dos anteriores.
Paco Herrera cometió muchos errores, pero entre todos ellos destaca con especial fuerza uno: Cuando las cosas funcionan, hay que tocarlas lo menos posible.
Era inevitable que la alineación variase con respeto a los últimos partidos debido a la baja de Borja Oubiña. Lo lógico era hacer un cambio de hombre por hombre, formando Bustos o Natxo Insa el doble pivote junto a Álex López. Pero Herrera consideró adecuado volver al trivote, no sabemos si fue por miedo al rival o por considerar que la baja de Borja resta una estabilidad defensiva al Celta que ni Bustos ni Insa puden aportar por sí solos. La consecuencia fue regalar el balón al Barça, y ya se sabe que, por mucho que sean un filial, eso es firmar tu propia sentencia de muerte.
Pero ese no fue el único absurda equivocación de Herrera. Y es que el catalán es la única persona que haya seguido con regularidad al Celta que no sabe que David Rodríguez está perdido en la banda o que Túñez y Catalá son los dos mejores centrales de este equipo.
Capítulo aparte merecen sus cambios. Es ilógico relegar a tu jugador más desequilibrante en estos momentos al banquillo en el descanso, como también lo es prescindir a falta de 25 minutos de Álex López, el único que había demostrado tener las ideas medianamente claras.
Si cada vez que damos un paso adelante a continuación damos dos hacia atrás, va a ser muy difícil regresar a primera. Los errores de Herrera están empezando a costarnos demasiados puntos. Pero es lo que hay, en estos momentos no hay nadie más capacitado para liderar el resurgir del Celta que él. Paco Herrera confeccionó la plantilla (sino no tengo dudas de que un tal Roberto Trashorras seguiría impartiendo lecciones magistrales de fútbol en Balaídos) y nadie la conoce mejor que él.
Lo que nos queda es tener paciencia y esperar que a Paco Herrera le venga de vez en cuando algún ataque de lucidez. Porque, por mucho que Paco Herrera crea que “igual no somos tan buenos”, yo sigo creyendo en este equipo.
0 comments:
Publicar un comentario