A la hora de escribir esta previa se me viene a la cabeza una escena de la película gallega “El año de la garrapata”. Este largometraje, dirigido por el director de cine nacido en el municipio de Rábade (posiblemente convecino de un buen ex-jugador celeste), Jorge Coira, narra la historia de un joven abocado a una nueva vida que le asusta, donde debe abandonar el hogar paterno e insertarse en un mercado laboral que posiblemente no le reciba con los brazos abiertos. Ante el miedo a perder las comodidades pretéritas, prefiere hacer caso de un amigo y convertirse en un auténtico parásito social.
Más allá del argumento de la película, el cual no viene al caso, la cinta me impactó por una escena en la que el actor gallego Luis Zahera toma el papel protagonista. En ella, Zahera interpreta al responsable del área de ventas de una empresa en pleno proceso de motivación de sus empleados. La ocurrencia de la escena asegura una buena carcajada. Zahera, en el rol de jefe impasible, lanza una pregunta a sus subordinados: “¿y vosotros qué vais a hacer hoy?”. Tímidamente, todos ellos contestan que van a vender. No conforme con el poco espíritu y escasa energía de la contestación, vuelve a repetir la misma pregunta de modo mucho más contundente, ensañándose con un empleado y elevando el tono de voz para arrancarle la timidez a gritos. Poco a poco, el grupo comienza a zambullirse en la ola motivacional de su superior, quien no se cansa de repetir, con improperios varios de por medio, la misma pregunta: “¿y vosotros qué vais a hacer hoy?”. Finalmente, consigue levantar a todos de sus asientos y empujarlos hacia su jornada laboral plenos de moral y absolutamente convencidos de sus posibilidades de éxito.
A mí me encantaría hacerle la misma pregunta a los futbolistas del Real Club Celta antes del partido de esta tarde: “¿y vosotros qué vais a hacer hoy?”. La verdad es que cuesta adivinarlo, pues nos empezamos a acostumbrar a recibir periódicamente una de cal y otra de arena. La semana empezó en una semi-crisis tras la nueva derrota en casa frente a Las Palmas con una pésima imagen en la segunda mitad. De por medio, la holgada victoria en Copa frente al Valladolid, en el mejor partido del Celta hasta el momento y con una muy buena actuación de los menos habituales, ha vuelto a levantar el ánimo de la parroquia celeste. Estos vaivenes, en los que el equipo pasa del frío al calor, del negro al blanco, en menos de cuatro días son los que provocan esta incertidumbre. Yo me pregunto: ¿qué versión veremos mañana?
Quiero pensar que la buena, pues pese a que la segunda parte del sábado pasado fue horrible, el equipo no lo había hecho mal hasta entonces. La mala puntería y la defensa del balón parado estropearon un partido que los cambios de Herrera se encargaron de rematar. Pero el camino ya estaba marcado. El Celta de la primera parte, y sobre todo el Celta que vimos el miércoles, sí es un equipo capaz de luchar por el ascenso. A diferencia de semanas pasadas, ahora ya sabemos cuál es el camino a seguir, a qué podemos y debemos jugar. Sólo hace falta lo más difícil, plasmar la teoría en la práctica.
Y para ello se presumen cambios en el once. Herrera no va a cerrar los ojos ante el buen partido de los suplentes en Copa y, aunque dudo que lleve a cabo una revolución total, sí que me atrevo a aventurar que introducirá algunos cambios significativos. En portería estará Yoel; la línea defensiva estará formada por Hugo Mallo y Roberto Lago en los laterales con Oier y Catalá como centrales; en el centro del campo, la presencia de Álex López es segura y a su lado podría situar bien a Oubiña o bien a Cristian Bustos; Joan Tomás actuará de enganche a la altura de Quique De Lucas y Fabián Orellana, los cuales secundarán a Iago Aspas. También es posible que el sacrificado sea Orellana, situando a David en punta, o incluso el propio De Lucas por su desplante del otro día. Incluso no sería sorprendente la entrada también de Bermejo, quien, pese a salir de una lesión, cuajó un muy buen partido el miércoles pasado. En Vigo se quedan Papadopoulos y Bellvís lesionados y Túñez, Ortega y Dani Abalo por decisión técnica.
Enfrente aguarda el Xerez. Los andaluces, con un buen equipo, no descartan meterse en la lucha por el ascenso vía play-off, y aunque no parten entre los favoritos pueden dar la sorpresa. Muy equilibrados defensivamente, tienen problemas en la creación de juego y en la definición. Por otra parte, su poderío en las jugadas a balón parado puede suponer un grave problema para los de Herrera. Con casi total probabilidad, Merino saldrá de inicio con Doblas en portería; línea de cuatro con Raúl Cámara, Lombán, Robusté y Mendoza; Rueda y Bruno Herrero en el doble pivote con Pablo Redondo y Capi en las bandas; y arriba Íñigo Vélez y el goleador Jose Mari.
Pitará Gil Manzano un duelo entre dos equipos que no quieren descolgarse de la parte alta de la tabla. Por lo que al Celta se refiere, se antoja vital un buen resultado esta tarde sobre el césped de Chapín, especialmente si viene acompañado de buen juego. Serviría para confirmar una tendencia y para demostrar que este equipo, al contrario que en partidos anteriores, tiene capacidad suficiente para darnos una alegría a final de año. Pero, sobre todo, serviría para eliminar de mi cabeza y de la de muchos celtistas esa pregunta que nos ronda en cada previa de partido ante la incertidumbre que produce la actuación de los nuestros: “¿y vosotros qué vais a hacer hoy?”
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