Sergio Álvarez Conde (3 de agosto de 1986, Vilagarcía de Arousa) recibió un gol en Almería en una jugada inusual, en la que el árbitro le dio un pase a Bernardello que éste aprovechó para lanzar desde 30 metros y alojar el balón cerca de la escuadra del portero del Celta. Así fue el primer tanto encajado en los dos partidos oficiales que ha jugado esta temporada Sergio. El buen balance no le asegura la titularidad, pero no le desilusionaría si volviese al banquillo.
– ¿Qué sensaciones le dejó el gol de Bernardello desde 30 metros?
– Me dejó el cuerpo frío y con la sensación de impotencia. Cuando te meten un gol así, te queda cara de tonto.
– ¿Recuerda cómo se desarrolló la jugada que propició la victoria del Almería?
– Sí. Recuperamos un balón, quisimos salir a la contra, tropezó en el árbitro, lo recogió un jugador del Almería, vio qué había a su alrededor, no se le acercó nadie, le pegó y le salió un lanzamiento muy bueno. Solo me queda felicitarlo por el tanto conseguido.
– ¿La jugada le cogió adelantado?
– No. Creo que no porque no puedes estar bajo palos nunca, por si hay algún pase interior del rival. Mi situación era buena e hice lo imposible para alcanzarlo pero no pude.
– El balón pareció entrar por la escuadra, que nada pudo hacer usted para interceptar un tiro tan preciso.
– No entra exactamente por la escuadra, pero va más o menos a un metro de la misma.
– La intervención del árbitro en ese gol fue decisiva. ¿Fue a pedirle disculpas o perdón?
– No era necesario pedirme perdón pero sí que estaba bastante fastidiado cuando se acercó a nosotros en el túnel de vestuarios. Pero fue una jugada fortuita, como otra cualquiera que puede suceder en un partido, y esta vez nos tocó a nosotros. Pero no podemos quedarnos con eso y hay que seguir trabajando para sacar adelante la situación.
– ¿Qué les comentó el árbitro en el túnel de vestuarios?
– Que cuando el balón tropieza en ellos quedan bastante fastidiados, y más en este caso, que la jugada acabó en gol.
– Ese gol de jugada fortuita es el único que ha encajado en los dos partidos que ha jugado esta temporada. No está mal el balance de sus actuaciones.
– No, pero prefiero prestar más atención al balance del equipo que al personal. Ese dato no tiene importancia.
– ¿Se ha ganado la continuidad en el once de Herrera?
– No soy el que lo decide, es una responsabilidad del míster. Lo único que trato es de trabajar día a día para ponerle difícil la elección, y cuando aparezca una oportunidad, como el otro día en Almería, tratar de aprovecharla. Cuanta más competencia exista, mejor para el equipo.
– ¿Sería una desilusión no jugar ante el Valladolid?
– No. Yo tengo que trabajar todos los días y esperar otra oportunidad.
– Entre porteros, ¿el titular ejerce como tal?
– No. En este caso, Yoel y yo tenemos una relación desde hace muchos años y no vemos quien es titular o suplente. La relación entre nosotros es muy buena y no tenemos que fijarnos en eso. Lo más importante es el equipo, no se puede ser egoísta. Hay que entrenarse duro para intentar jugar, pero si no se consigue hay que seguir trabajando. Y el que juegue, que lo haga lo mejor posible para ayudar al equipo.
– Rubén, con 16 años recién cumplidos, llega con fuerza. ¿Le sorprendió su aparición?
– Ya lo conocía porque había trabajado con nosotros. Es un chaval que tiene una proyección muy buena, pero estaría bien que fuese paso a paso. Si trabaja y hace las cosas bien es un portero con un gran futuro.
– ¿Qué destacaría de Rubén?
– Sobre todo, la seguridad que demuestra a una edad tan temprana. Pero hay que ir paso a paso, como ya dije, y dejarlo tranquilo. De momento, que se divierta. Y lo más importante en estos momentos para él es seguir estudiando.
– ¿Le recuerda en algo su aparición en el primer equipo?
– Bueno, la mía fue cuando tenía 18 años, en un partido ante el Málaga B, en Segunda, el año que ascendimos a Primera. Recuerdo que viajé con mucha ilusión, con ganas de hacerlo bien y pensando en poder estar algún día en el primer equipo.
Fuente: J. Conde / Faro de Vigo
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