El Celta B cambia la dinámica


El Celta de Vigo B corroboró ayer su progresión al conseguir su segundo triunfo consecutivo en el campo de una Unión Deportiva Vecindario que acumula seis jornadas sin ganar. Este nuevo traspié del conjunto grancanario ha provocado la destitución de su técnico, Tino Déniz. Canarios y gallegos ofrecieron un encuentro entretenido pero de escasa calidad técnica.

El tempranero tanto conseguido por el goleador celtiña, Jota, pesó como una losa en los futbolistas grancanarios, que habían saltado al terreno de juego algo desconcertados. Solamente en el tramo final de la contienda acosaron insistentemente los blanquinegros, creando ocasiones para equilibrar el marcador. Lo hubieran hecho si el colegiado del encuentro no hubiera anulado un gol, por presunto fuera de juego, a Yeray Ortega en el minuto 87.

El técnico local, Tino Déniz, optó inicialmente por un once más ofensivo de lo habitual, con tres delanteros natos como Yeray Ortega, Maikel y Moisés. También salió a la ofensiva el equipo gallego, que aprovechó el desconcierto inicial de su adversario para crear su primera ocasión de gol apenas iniciado el partido. En la segunda Jota, al lanzar con sutileza una falta adelanta en el marcador a su equipo, acentuando el nerviosismo y la ansiedad en los futbolistas grancanarios, que jugaron más con el corazón que con la cabeza. El ordenado entramado defensivo impuesto por el técnico del equipo más goleado del grupo obligaba a los locales a lanzar balones en largo hacia sus puntas, pelotas que en pocas ocasiones llegaban a su destinatarios al imponer su corpulencia y anticipación los defensas gallegos. Las únicas oportunidades de gol del Vecindario llegaron con disparos lejanos.

Apenas iniciada la segunda mitad, también en el minuto tres, pudo aumentar su ventaja el Celta B, pero Camochu, sólo ante el portero contrario, cabeceó flojo un centro de Jota.

Cuando mejor jugaba el cuadro grancanario llegó el segundo gol de filial vigués, en un rápido contraataque llevado por la banda derecha por Jota, que centró para que Lede rematara ajustado al palo izquierdo de la meta defendida por Santi Hidalgo (0-2).

Los grancanarios no se amilanaron ante este nuevo mazazo, sino que acentuaron su dominio ante un rival replegado, conforma con la renta de goles que había coseguido. En el minuto 81, Yeray Ortega reducía diferencias al transformar un penalti señalado por el árbitro por manos dentro del área de Víctor Díaz, que veía la segunda tarjeta amarilla y tenía que abandonar el terreno de juego, dejando a sus compañeros en inferioridad numérica para afrontar lo que restaba de encuentro más el añadido.

En el último cuarto de hora los isleños acorralaron a sus adversarios en su área en busca de un empate que no llegó, a pesar de haber tenido varias ocasiones para lograrlo, sobre todo un disparo a bocajarro de Pollo, en el minuto 92.

Fuente: Faro de Vigo 

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