El Celta padeció enormemente como local el pasado curso. En Balaídos se dejó gran parte de las opciones de ascender de forma directa, y las continuadas derrotas en feudo local condenaron al equipo a un play-off de ascenso que concluyó de forma amarga. Por eso, la gran asignatura pendiente del Celta para esta temporada serán sus prestaciones como local.
De momento no ha comenzado nada bien el año. Aplazado el primer partido ante el Girona, el Celta se enfrentó a dos viajes consecutivos, saldados ambos con victoria, tanto en Murcia como en Huelva, y en la cuarta jornada, tercera en realidad, llegó el primer partido en el viejo estadio de Fragoso. Enfrente el Elche, un rival complicado, aguerrido, de los que nunca dan un balón por perdido y no rehúyen el cuerpo a cuerpo para ganar las batallas. Y la ganó, de forma agónica, a 3 minutos del final y con un despiste a la hora de defender un córner por parte de los nuestros.
Es un guión que se repite en Balaídos con excesiva frecuencia. Rivales que llegan a Vigo con la lección bien aprendida. Firmes en defensa, ahogando al Celta con la presión y siendo efectivos en el juego a balón parado. ¿Cuántas veces hemos perdido puntos así en casa?. Esto ya no es de ahora, pasaba antes de Paco Herrera. Será, mentando al técnico catalán, "nuestra condición".
Para ganar Ligas hay que ser muy fuerte en casa. Esto es una máxima del fútbol. El objetivo del Celta es el ascenso, por tanto hay que estar muy cerca de ganar la Liga. Herrera decía la semana pasada que prefería ganar en casa que a domicilio, porque eso suponía una alegría para la afición. Y no le falta razón, ya nos lo vamos mereciendo. Es evidente que nos gusta que gane el Celta, pero las derrotas en casa duelen doblemente. Puede ser también ese uno de los motivos del desarraigo, convendría hacer un estudio sobre ello, pero al Celta le interesa comenzar a ganar ya.
El Real Valladolid nos lo va a poner complicado, tiene un equipazo tremendo en la zona de atacantes, aunque un poco más endeble actualmente en la zaga. Es un equipo al que le podemos ganar, al que le debemos ganar para demostrar que Balaídos no son tres puntos seguros para el equipo visitante. Y el momento es ya. Al Celta comienzan a colgarle el sambenito de equipo débil en casa, y eso solo se borra con resultados. Balaídos tiene que volver a ser un fortín, donde el rival sepa que no será fácil llevarse algo para casa. Y todos, jugadores, técnicos, directiva y afición tenemos que poner de nuestro lado para que así sea. Animar sin descanso, correr más que el rival. Lo que sea para que los tres puntos se queden en casa.
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