Soy consciente de que me pueden caer numerosos palos por lo que a continuación voy a exponer. Sé que la opinión que voy a manifestar no va a ser del agrado de muchos celtistas que sienten y aman al Celta tanto como yo. Pero también pienso que dicha opinión la comparten, aunque en menor cuantía, otros muchos aficionados, y, por lo tanto, creo que es necesario expresarla.
En mi opinión, se ha sido muy injusto con Aritz López Garai, tanto desde la afición como, sobre todo, desde el club. Como ya todos sabemos, el futbolista vasco rescindió su contrato con la entidad olívica para poder firmar con el Córdoba, uno de los equipos que, junto al Murcia, más interés había mostrado por hacerse con sus servicios. La explicación que se vende en Casa Celta es que el técnico, Paco Herrera, no contaba con el jugador para la nueva temporada, pues el fichaje de Natxo Insa y la recuperación de Borja Oubiña le cerraban las puertas del once.
La experiencia, especialmente tras el caso Trashorras, invita a pensar que esto último no es verídico. Además, si en datos objetivos nos basamos, resulta cuanto menos curioso que Herrera decida prescindir, de la noche a la mañana, del futbolista más utilizado por el club vigués en las dos últimas temporadas. La lógica me lleva a pensar que la directiva que preside Mourinho le está haciendo pagar a Garai sus palabras de hace unos meses, cuando tras la renovación en masa de varios canteranos, así como de Cristián Bustos, el futbolista de Barakaldo manifestó no sentirse valorado por el club.
Yo soy el primero que admite que Garai no era la estrella de este Celta. Se trata más bien de un jugador correcto, con un escaso manejo de la pelota y nula presencia ofensiva. Pero también con una capacidad táctica notable, un sacrificio fuera de toda duda y una regularidad indiscutible. Como ya dije en un artículo anterior, pocos son los grandes partidos de Garai, pero menos son los encuentros en los que el centrocampista vasco actúa por debajo de sus posibilidades. Se trata de un jugador de equipo que siempre ofrece un rendimiento positivo, nunca resta.
Pienso que Balaídos no lo ha valorado lo suficiente. Enamorado por el temporadón de Bustos, así como por el deseo de volver a ver a Oubiña sobre el césped, el estadio vigués se olvidó por completo del futbolista que más veces lo ha pisado en estas dos últimas campañas, relegándolo a un segundo plano y sin reconocerle parte de su mérito en la notable campaña del equipo el curso pasado.
Pero peor ha sido la actitud del club. Me pareció una buena noticia la renovación de gente como Vila, Abalo, Álex López o Iago Aspas, así como la del propio Bustos. Pero comprendo el enfado de Garai, al verse excluido de ese grupo cuando, hasta ese momento, había ofrecido un rendimiento superior al de algunos compañeros renovados.
Asimismo, tampoco entiendo la defensa a ultranza que se hace de Borja Oubiña. Considero que, pese a ser un fantástico futbolista, estos cuatro años en el dique seco tienen que haberle pasado factura. Entiendo también que el club lo proteja, concediéndole un trato, por el hecho de ser de la casa, que a cualquier otro futbolista no le dispensaría. Pero no comparto que, si como dicen sobran efectivos en el centro del campo, el señalado para salir sea Garai y no el canterano. Soy de los que cree que Bustos, Insa, Garai y Oubiña podrían competir por la titularidad en el doble pivote; es más, pienso que, en una competición tan larga, los cuatro pueden ser necesarios. Pero, ¿por qué si hay que descartar a uno el elegido es Garai? No lo entiendo.
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