El destino se empeña una y otra vez en separar a Jonathan Pereira del Celta, y al Celta de Jonathan Pereira. Primero cuando, siendo un niño, emprendió viaje hacia Villarreal para buscar las oportunidades y el cariño que le había negado el Celta. Su crecimiento futbolístico saltó a la vista muy pronto, debutando en el Villarreal y anotando un gol a los pocos minutos de estrenarse en Primera División.
Por entonces era una de las mayores promesas del fútbol español, pero aún no tenía sitio en el Villarreal, por lo que el conjunto presidido por Roig decidió cederlo a un Segunda División, categoría que por entonces estrenaba el Celta. Su destino fue el Racing de Ferrol, ya que aún no tenía mucho cartel y el Celta trabajaba con otro tipo de futbolistas con el objetivo de recuperar cuanto antes la categoría. Con el conjunto departamental nos hizo la puñeta en más de una ocasión y completó una temporada a un nivel altísimo, que le sirvió para ganarse otra cesión, a otro Racing, de Santander y en Primera.
En el Cantábrico jugó a buen nivel, aunque a su regreso a Villarreal tampoco acaba de tener sitio. La estrella de Jonathan se iba apagando y el conjunto de Castellón estaba dispuesto a desprenderse de el. Ahí volvió a surgir la ocasión del Celta, pero no pudo competir con el Betis, que puso tres millones encima de la mesa y un salario que el equipo de Mouriño no se podía permitir. Otra vez el destino se empeñaba en separar sus caminos.
Tras unos primeros meses triunfantes en Sevilla, las lesiones se cruzaron en el camino de Pereira, que vivió la primera mitad de la temporada desde la grada de Balaídos, donde se le solía ver mientras apuraba la recuperación de su dolencia. Con Jorge Molina y Rubén Castro por delante, el del Calvario perdió importancia en el cuadro hispalense, y el ascenso a Primera hacía presagiar que gozaría de pocas oportunidades, así que otra vez se abrió la puerta de Balaídos. El interés, reconocido por el Presidente, era serio, y mutuo, pero una vez más, el destino se interpone en esta unión futbolística. Ayer, Carlos Mouriño confirmaba que la llegada de Pereira es casi imposible, algo que por otra parte ya se intuía.
Algún día, Pereira y el Celta, conseguirán burlar al destino.
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