En las últimas horas ha trascendido una noticia que debe provocar alegría y preocupación a partes iguales en el seno de la afición celeste. Hugo Mallo, la joven perla del plantel, ha sido convocado, tras la lesión del lateral del F.C. Barcelona Martín Montoya, por la selección española sub 20 para la disputa del Mundial de la categoría, el cual se iniciará el 29 de julio en tierras colombianas. A bote pronto, es una excelente noticia. Tanto para Hugo a nivel personal, como para el Celta, quien ve como uno de sus mejores canteranos comienza a asomar la cabeza por el panorama futbolístico internacional, al tiempo que se confirma como una de las grandes promesas jóvenes del fútbol español.
Sin embargo, la convocatoria del imberbe futbolista contrae un doble problema para el equipo. En primer lugar, la pérdida de un jugador indiscutible que ocupa una demarcación debilitada en cuanto a efectivos en el esquema celeste. La tozudez de la dirección deportiva y la incomprensible actitud de Herrera, quien da el visto bueno primero y después afirma en diferentes medios de comunicación que la plantilla es escasa, han propiciado esta absurda situación. El lateral de Marín no regresará hasta el 20 de agosto, justo el fin de semana en el que se inicia el campeonato, por lo que parece difícil que pueda ser de la partida en el debut frente al Girona. Si a esto le sumamos que Roberto Lago deberá cumplir un partido de sanción por la roja que vio en Granada, pues ya está el lio montado. Incomprensible.
Por otra parte, su participación en la Copa del Mundo podría elevar su ya alto caché. Por todos es sabido que Mallo es, junto con el mencionado Roberto Lago, el jugador de la plantilla que más interés ha suscitado en el mercado de fichajes. Su juventud, calidad y enorme proyección son cualidades que no han pasado desapercibidas para muchos clubes de Primera División, tanto en España como en el resto de Europa. Así que, de realizar una gran actuación en el campeonato, lo normal es que el teléfono de Praza de España comience a echar humo ante las llamadas de distintos clubes interesados en contratar al futbolista gallego.
Por lo tanto, esta citación de la selección debe provocarnos alegría y preocupación. Y es que, pese a que suponga un paso más en la confirmación de Hugo Mallo como el gran futbolista que parece ser, supone, al mismo tiempo, una posible pérdida tanto a corto como a largo plazo. La entidad ya ha dejado claro que si llega una buena oferta no se van a poner pegas para desprenderse de cualquier jugador, por lo tanto, es de esperar que si Hugo realiza un buen papel, lo más lógico es que haga las maletas hacia Primera División. De esta manera, el Celta perdería a un futbolista vital en su estilo de juego, quien llegó al equipo de forma sorprendente hace dos años y, desde entonces, no ha dejado de crecer, avanzando a pasos agigantados hasta dejar su sello en la banda derecha de Balaídos. Es el digno heredero de Míchel Salgado y una pieza casi imposible de sustituir. Cabe preguntarse, entonces, si el club va a continuar con el necesario saneamiento económico de la entidad, arriesgando así las aspiraciones deportivas, o si va a luchar por retener, al menos una temporada más, a su canterano más valioso. Parece evidente que, de apostar por la primera vía, el ascenso estaría un poquito más difícil.

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