Iago Aspas será un hombre importante en el play-off. Herrera lo sabe y el celtismo también. El de Moaña es un tipo que siempre responde en los partidos complicados, en los grandes partidos. No se pierde nunca una gran cita y siempre deja la constancia de haber estado allí.
Hace dos años su aparición fue espectacular. Aspas jugaba su primer partido con el primer equipo en Balaídos, antes había debutado en un intrascendente Salamanca- Celta de la temporada anterior, y su aparición coincidió con uno de los momentos más dramáticos de la reciente historia del Celta, que en ese momento se estaba jugando el ser o no ser en la categoría.
El Celta necesitaba una victoria para asegurarse la permanencia y el marcador señalaba un 0-0 que no le daba la salvación, aunque le permitía seguir con vida. Su entrada al terreno de juego fue como un bálsamo para el equipo. De repente, se comenzaron a crear ocasiones, casi todas con el de Moaña como protagonista, y a diez minutos del final pudo batir al meta alavesista.
Fue el delirio que precedió a una nueva decepción cuando Juanjo se anticipó a la defensa para batir a Falcón. Faltaban dos minutos y las caras de decepción abundaban en Balaídos. Incluso el propio Juanjo tuvo la oportunidad de redondear la remontada pero Falcón lo impidió. Aspas no había dicho su última palabra. Con 3 minutos por encima del 90 fue listo para recoger un rechace de David Rodríguez y batir a Bernardo por segunda vez. Esta vez sí, la salvación era un hecho.
A partir de ahí se convirtió en un amuleto para Eusebio, a quién le sacó las castañas del fuego en más de una ocasión. El de Moaña fue clave para que el técnico castellano terminase la temporada en el Celta. Le salvó la cabeza en Huelva con un gol salvador ante Bernardo, el mismo portero del Alavés la temporada anterior, y lo volvió a hacer en Girona, cuando Mouriño ya tenía el finiquito redactado.
También fue importante en la salvación esa temporada, mucho menos dramática, pero en la misma jornada 40. En aquella ocasión ante el Nástic. Aspas abrió el marcador y encarriló un partido que se acabaría ganando con relativa facilidad.
En Aspas siempre se puede confiar y cuanto mayor sea el reto mejor responderá, pero esta vez Herrera tiene un problema que se ha creado él mismo. A Aspas solo lo ve, o eso parece, como delantero centro, y ahí está David Rodríguez. Sacar a David para poner a Aspas, por mucho que alguno de vosotros crea que es buena idea, sería peligroso y muy injusto. A David no se le puede reprochar nada.
Otra opción sería tirarlo a una banda, en la posición de De Lucas, pero da la sensación de que el catalán está un punto por encima de él, además de que el entendimiento con David es inmejorable. Y nos quedaría colocarlo como "10". Personalmente me parece su posición ideal, porque tiene capacidad para crear juego, frescura, y puede sorprender entrando desde atrás. Ahí daría lo mejor de sí mismo, pero es que ahí está Trashorras, y para mí eso son palabras mayores.
Es decir, tenemos a un jugador que nunca falla en los partidos importantes, pero será difcil colocarlo como titular.Si la cosa se complica, Herrera podrá mirar al banquillo y meter a Aspas. En sus botas podría estar el ascenso.

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