Francisco Noguerol (Cea, 1976) regresa el sábado a Balaídos por primera vez desde que el pasado verano abandonó el Celta a su pesar. El futbolista del Girona reconoce que le hace 'ilusión' volver a Vigo y confía en las posibilidades de ascenso de sus ex compañeros.
Al fin llega el partido que llevaba tanto tiempo esperando.
No sé si jugaré, lo que hace el partido menos especial, pero tengo ganas de volver. Cuando fiché por el Girona, lo primero que hice fue ver cuándo volvía a Vigo. Me hace ilusión, pero hace mes y medio el partido apuntaba a mucho más. Nosotros estábamos en posiciones de ‘play-off’ y el Celta, en ascenso directo. Ahora, esos objetivos se han alejado, por lo que el encuentro estará un poco más descafeinado.
El Girona ha perdido sus opciones en las últimas jornadas.
Sí, tuvimos un arranque de año increíble. Ganamos siete partidos de diez y nos metimos en puestos de ‘play-off’ con cuatro puntos de ventaja sobre el siguiente. Aunque el objetivo no era ése de inicio, la competición nos puso ahí y queríamos luchar por ello. Pero ahora llevamos una dinámica mala y estamos a ocho puntos, que son muy difíciles de recuperar.
De todas formas, la meta del Girona era la salvación.
Sí, pero nunca me gusta hablar de objetivos antes de que empiece la temporada. Vale que éste es un club modesto y estuvo a punto de desaparecer en junio, pero una vez que empieza la competición y en febrero te metes en puestos de promoción, te ilusionas y vas a pelearlo. Pero luego dejamos escapar puntos importantes.
¿En lo personal, no ha tenido tantos minutos como esperaba?
La verdad es que no, pero estoy muy contento. Un futbolista lo que quiere es jugar, pero estoy disfrutando mucho del día a día. Independientemente de que el técnico no me ponga, me gusta mucho, es de lo mejor que he tenido tácticamente y los entrenamientos son de mucha calidad. Luego, él decide y apuesta por otros, pero estoy contento y me consta de que aquí la gente también lo está conmigo.
¿Seguirá ahí otra temporada?
No lo sé. Ni siquiera están hablando con la gente que juega habitualmente, así que toca esperar. Los tiempos del fútbol han cambiado muchísimo y a mí ya me tocó sufrirlo el año pasado. Antes, en marzo ya sabías dónde ibas a estar. Ahora, sobre todo en Segunda, los que saben a estas alturas si van a tener contrato o no son unos privilegiados. Con la crisis y el poco dinero que tienen los clubes, nada se concreta hasta el verano.
¿Espera un buen recibimiento de la afición de Vigo?
No lo sé… imagino que sí. A pesar de no ser años buenos y de que mi rendimiento no fue el que esperaba cuando llegué, creo que la gente me tiene cariño. De todas formas, no me considero un jugador tan importante como para que Balaídos, que ha visto pasar a grandes futbolistas, esté pendiente de mí.
¿Qué cree que le ha pasado al Celta en los últimos dos meses?
Creo que es algo que hay que relativizar, porque la temporada del Celta está siendo buenísima. Lo que sucede es que cuando has sido líder, es normal que te ilusiones por el ascenso directo. Pero luego la Segunda se hace muy larga, compites contra dos equipos con plantillas increíbles y, en cuanto tienes un momento de bajón, se distancian. Lo importante es que va a pelear por subir, aunque a veces da la impresión de que la temporada está siendo desastrosa. Dices a principio de año que el equipo luchará por el ascenso con los años tan malos que hicimos antes, y no te cree nadie. Por lo que veo, la plantilla y el cuerpo técnico lo tienen claro, pero el entorno tiene que saber también que se va a jugar un ‘play-off’ que es algo muy grande y al que hay que llegar de la mejor manera posible.
Sí, pero quedan todavía bastantes partidos y la gente tiene que ir mentalizándose de que es posible llegar a tope. Hay que planificar bien para afrontar con fuerzas la semifinal y la final, pero es importante que no dé la sensación de que el Celta está haciendo una mala temporada. El año está siendo buenísimo y los jugadores lo tienen que percibir. Hay que animarles a tope porque el objetivo merece la pena y el Celta es uno de los favoritos.
Sí, al final es más importante la ambición, las ganas, que la juventud. Y han demostrado durante todo el año de lo que son capaces. Pienso en el partido contra el Alavés, donde nos jugábamos incluso la supervivencia del club, y eso sí que es presión. Cuando salgan al campo y vean un ambientazo en Balaídos y la posibilidad de ascender, la situación no les va a poder.
Siempre ha habido esta polémica, para lo bueno y para lo malo. Es lo que tiene ser un jugador distinto, especial. Lo importante es que estando bien, es determinante, y como él otros jugadores en el equipo y es fundamental que lleguen bien al ‘play-off’.
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