Envidia sana



Granada llevaba más de 25 años fuera de la élite del fútbol español antes de ascender el año pasado. Precisamente por eso sorprendía ver el estadio de Los Cármenes tan lleno siempre en Segunda B. El ascenso llegó como premio a una afición que ha mantenido su fidelidad a unos colores a pesar de todos los contratiempos.


El ascenso de este año ha sido balsámico para una afición que sueña con llegar a lo más alto del fútbol español, regresando a donde se hizo grande en los años 70. Pocos equipos de Segunda o de Primera pueden presumir de llenar su estadio casi todos los domingos. Muy pocos si exceptuamos a los más grandes, los que suelen ganar.

Claro, luego vamos a Balaídos y vemos mucha menos gente en un estadio con el doble de capacidad. Un estadio frío, sin ambiente... y se cree que está viendo otra cosa diferente. Incluso sin verlo en directo, y sólo con lo que pudimos ver por la tele, siento una terrible envidia sana del Granada, de su afición y de una ciudad que parece no darle la espalda a su equipo.

Ojalá algún día vivamos eso, aunque lo veo complicado. Somos lo que somos, que no es poco.

0 comments:

Publicar un comentario