Después de una jornada horrible como la de ayer, las buenas noticias tienen un valor añadido. La gran noticia de ayer fue el regreso de Borja Oubiña. El canterano celtiña jugó su primer partido con el Celta después de casi dos años. Muy lejos quedaba aquel 28 de marzo de 2009 con el Albacete como rival.
Esa fue la última vez que vimos a Oubiña con la camiseta del Celta en partido oficial. No estaba previsto su regreso para esta jornada pero las circunstancias obligaron, con las bajas de López Garai y Álex López, y seguirán obligando, ya que Cristian Bustos se perderá el partido de Granada por acumulación de tarjetas.
Herrera había dicho que Oubiña no estaba para jugar 90 minutos, pero sí para 45. Dicho y hecho. Oubiña fue titular y destacó. Nos recordó en ciertas fases del partido aquel gran jugador que llegó a ser internacional. Un par de detalles de Borja hizo que Balaídos se volcase con el jugador. Un control precioso, levantando el balón, orientándolo y dándoselo a un compañero, como ejemplo de lo que podrá darnos Oubiña. Incluso dio un gran pase a De Lucas, estropeado por un torpe asistente que señaló un fuera de juego inexistente en dicha jugada.
Es evidente que Oubiña no está al 100% ni mucho menos. Se le nota falto de ritmo, fisicamente no está a tope, pero no ha perdido la calidad y seguramente habrá aprovechado este tiempo para ver mucho fútbol y mejorar ciertos aspectos de su fútbol. Creo que no tardará mucho en ser titular en este equipo, y aportará muchas cosas positivas. Oubiña hace un buen trabajo defensivo, pero además tiene cierta llegada, visión del juego y le da una muy buena salida de balón al equipo. Que es un jugadorazo nadie lo duda, pero ayer nos hizo creer que tal vez podamos ver a ese gran jugador antes de lo que pensábamos.
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