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| Foto: Faro de Vigo |
Desde que comenzó el verano, el club no ha parado de repetir mensajes que, de algún modo, culpabilizan a Iván Villar del hecho de no poder reforzar la portería. Como si fuese culpa del de Aldán que hace poco más de un año, cuando ya era evidente lo que podía dar como portero, le hubiesen ofrecido la renovación por tres temporadas.
Hoy leemos en El Desmarque que el Celta no podrá acudir al mercado mientras no salga Iván Villar, ya que aunque se vaya Marc Vidal, no libera la suficiente masa salarial como para afrontar la contratación de un guardameta de garantías. ¿Qué ha cambiado de marzo de 2024 a ahora para que entonces valiese Villar y ahora no?.
Y el jugador no tiene ninguna intención de salir, y está en todo su derecho. Quiere quedarse y pelear por tener minutos, aunque los mensajes que se le envían son bastante claros. El canterano no ha disputado ninguno de los dos últimos encuentros, y veremos si mañana tiene minutos en el último amistoso. Y aunque lo tenga, tampoco será garantía de que vaya a jugar en Liga.
Por otro lado es evidente la ausencia de ofertas. Su rendimiento con el Celta ha sido escaso y no ha llamado la atención de clubes de Primera, y los equipos de inferior categoría no se pueden acercar a lo que cobra en el Celta. En este contexto sería injusto recriminarle no querer salir y resulta injusto este señalamiento público de quien lo renovó hace poco más de un año, sin que en la decisión tuviese nada que ver Luís Campos ni Carlos Mouriño.
