El Celta afrontará este domingo (19:00) un partido definitivo en su lucha por alcanzar competiciones europeas. El encuentro se celebrará en Balaídos, lo que siempre es una ventaja para los pupilos de Claudio Giráldez, pero en esta ocasión el técnico celeste estará muy pendiente del cielo y del estado del terreno de juego.
Y es que las circunstancias llevan a que tan solo 24 horas se use el estadio para un partido del Celta Fortuna, que juega a las 19:00 dentro de la jornada unificada de la penúltima jornada de Primera Federación recibiendo en casa al Bilbao Athletic. El horario obliga a que ese partido se juegue en Balaídos, ya que la iluminación de Barreiro es insuficiente para una retransmisión televisiva a esa hora.
Por eso el encuentro se tendrá que disputar en Balaídos, con la esperanza de que el césped responda y esté en plenas condiciones para acoger un encuentro fundamental al día siguiente. En la rueda de prensa previa al partido ante la Real Sociedad, Claudio Giráldez reconoció que no era la situación ideal, pero se mostró confiado en la capacidad del campo para resistir dos partidos con tan poca distancia de tiempo.
Balaídos ya se ha enfrentado esta temporada a retos importantes. En el debut de As Celtas ante el Victoria se usó para dos partidos el mismo día, ya que tan solo unas horas después jugó el Celta Fortuna. En aquella ocasión, con clima seco, respondió a la perfección, no así el 8 de marzo, un día muy lluvioso, acogiendo un partido del Celta y posteriormente el derbi de As Celtas ante el Deportivo B. A pesar de que drenó bien, el terreno de juego estaba bastante pesado, aunque es probable que si solo se hubiese jugado un partido hubiese respondido igual.
La previsión para toda la semana son lluvias, aunque en este caso la cantidad influirá notablemente. El césped y la tierra en Vigo está preparada para soportar lluvias moderadas sin que afecte en absoluto al terreno de juego, aunque la misma previsión apunta que precisamente el sábado y el domingo pueden aumentar las lluvias.
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