Miguel Rodríguez emprendió el pasado verano la aventura holandesa, enrolándose en el Utrecht, donde jugará cedido esta temporada. El canterano busca minutos, los que no estaba teniendo en el Celta, en una liga competitiva, que le puede permitir crecer como futbolista.
El de Redondela explicó su salida en una entrevista concedida al diario AS: “Entendí que necesitaba ritmo competitivo porque en el Celta nunca lo tuve. No tuve la oportunidad de sentirme jugador. El entrenador quiere que estemos al máximo nivel y uno de los partidos que jugué, por ejemplo, fue después de salir para quince minutos el domingo y viniendo de estar enfermo, así que me dijo que jugase el martes con el Jon Utrecht (filial). Fueron dos partidos puntuales, me preparé mucho y entrené mucho para poder estar aquí ahora”, explicó.
El jugador también habló sobre su proceso de subida al primer equipo, un tanto frustrante: “Cuando me vi con dorsal del primer equipo fue un sueño. Suena como una frase hecha pero es verdad. Soy de Redondela, al lado de Vigo, desde pequeño he ido a Balaídos. Fue un sueño pero no cómo me imaginaba ese sueño. Este verano sabía que salir iba a ser bueno para mi. Y el Utrecht ha sido un acierto”.
El canterano también reveló lo que le decía Claudio Giráldez para justificar su falta de minutos, aunque advierte que nunca le dijo que no lo quisiera en el equipo: “No es que no me quisiera, si él me dijo que estaba muy contento conmigo, y que me veía mejorando en aspectos que tenía que mejorar. Pero es complicado, porque en su forma de jugar no encajo al cien por cien como si fuera un 4-3-3. Juega con carrileros que suelen ser laterales. Y es lo que me decía, que mi posición es la de Iago Aspas, y Iago es Iago…” asume.
Reconoce que con la llegada de Claudio Giráldez pensó que podía cambiar su suerte en el primer equipo: “Me motivó que me conociese, pensé que podía ser un buen momento para jugar más minutos. Entrené a muerte como siempre, a ver si me podía tocar ser titular en algún momento. No fue como me imaginé que podría ser. Tampoco creo que hiciese nada para no jugar. Es decisión del mister y entiendo que prefiera a otros jugadores”.
Tiene contrato hasta el 30 de junio de 2028, y asegura que eso no es algo que ahora mismo le quite el sueño: “El futuro no me preocupa. Yo estoy aquí mejorando y la opción de compra es cosa entre los clubes. Yo lo que tengo que hacer es jugador lo mejor posible, trabajar como el que más y al final serán ellos los que decidan. Quiero hacerlo bien porque eso siempre traerá cosas buenas para el futuro”, concluye.
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