Carles Pérez es uno de los futbolistas que el Celta cedió esta temporada con la esperanza de que pudiera revalorizarse y así recuperar parte de la inversión realizada cuando lo incorporó en propiedad en el verano de 2023, tras un primer año a préstamo desde la Roma. En el verano de 2024 volvió a salir cedido, esta vez al Getafe, donde no tuvo el protagonismo esperado. El pasado verano emprendió una nueva cesión, en esta ocasión al Aris de Salónica, en Grecia.
Sin embargo, la temporada dista mucho de ser la que el catalán había imaginado. La fortuna no le está acompañando. En verano se perdió varios partidos debido a la mordedura de un perro, lo que le impidió participar en el encuentro decisivo de la previa de la Conference League, competición de la que el Aris acabaría eliminado. Reapareció coincidiendo con el inicio de la liga griega, pero tras disputar dos partidos sufrió una lesión muscular que lo mantuvo apartado de los terrenos de juego durante más de un mes, entre septiembre y octubre.
El 1 de noviembre regresó a la competición jugando 9 minutos frente al Olympiacos, y el pasado fin de semana disputó 45 minutos ante el Asteras Aktor. Hasta la fecha suma 5 partidos oficiales y un total de 253 minutos. Una participación escasa para el extremo catalán, que aún tiene temporada por delante para reivindicarse. Tiene contrato con el Celta hasta el 30 de junio de 2027, por lo que, en principio, deberá regresar a Vigo al término de la presente campaña.
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