Después de 14 años en el Celta, desde categoría infantil hasta el primer equipo, Rubén Blanco decidió abandonar Vigo en el verano de 2022. Se marchó cedido un año al Olympique de Marsella, uno de los clubes más importantes de Francia. Tras un año cedido en Francia, y a pesar de contar con poca participación, incapaz de competir el puesto al también español Pau López, el conjunto galo decidió hacerse en propiedad con el de Mos, pagando 1,5 millones de euros.
Esta es su cuarta temporada en Marsella, donde no juega un partido oficial desde el 18 de febrero de 2024. En las dos últimas temporadas de hecho no figura ni en las convocatorias sin que conste ninguna lesión, al menos de forma oficial. En cuatro temporadas en Marsella ha disputado tan solo 12 partidos, en los que ha encajado 9 goles y ha dejado la portería a cero en cuatro ocasiones.
No son malas cifras, pero por un motivo u otro no ha tenido continuidad, de ahí que este verano el club galo, con el que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2026, le buscó una salida, y según cuenta Abraham Martínez en el diario AS, el jugador fue ofrecido al Celta, opción rechazada por el club celeste, que apostó por el rumano Radu, y que tenía otros dos jugadores con los que no acababa de contar, pero sabía que sería difícil que saliesen del equipo, por lo que al margen de una cuestión deportiva, había un evidente problema de espacio.
La suerte de Rubén Blanco no ha cambiado esta temporada. El Marsella suele convocar a tres guardametas y Rubén Blanco nunca es uno de ellos. Es la última opción, y salvo sorpresa su status no cambiará hasta que finalice su contrato con el club francés al final del presente ejercicio. En sus 11 temporadas con el primer equipo del Celta disputó 142 partidos, encajando 197 goles. Además jugó otros 59 partidos con el Celta B, en los que encajó 83 goles.




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