Uno de los que hasta ahora había guardado silencio era Óscar Pereiro, ganador del Tour de Francia en 2006, embajador de La Vuelta y actual comentarista en medios como COPE y El Chiringuito. Precisamente en este último programa, el ex ciclista dedicó casi veinte minutos a relatar lo vivido durante la competición, confesando que fueron “de los 15 peores días” de su vida.
“Estoy jodido. Presión, frustración e impotencia”, aseguró Pereiro, que denunció la sensación de indefensión sufrida por los miembros de la ronda española: “Nos han tirado chinchetas, han tirado a ciclistas. Nos han llamado asesinos, genocidas, vendidos. Y no teníamos protección. Nos han utilizado políticamente”.
Crítica directa a los políticos… y a Borja Iglesias
El exciclista cargó con dureza contra la gestión institucional y contra las figuras públicas que, según él, alentaron las protestas. Sin embargo, uno de los momentos más llamativos de su intervención llegó cuando mencionó al delantero del Celta, Borja Iglesias, conocido por su compromiso social. “Soy gallego, y que boicotearan así la etapa en Galicia me dolió especialmente. Yo soy del Celta desde niño, a muerte. Pero me dolió que Borja Iglesias hiciera el comentario que hizo”, confesó Pereiro, visiblemente afectado.
El embajador de La Vuelta cuestionó que el futbolista criticara la participación del equipo israelí en la carrera: “¿Van a jugar la Europa League con un equipo israelí? A ver si el Gobierno tiene las pelotas de que España no juegue el Mundial de fútbol si juega Israel”.
Un debate que trasciende el deporte
Las declaraciones de Óscar Pereiro, aún sin pretenderlo, acaban dando la razón a Borja Iglesias cuando se sorprendía de que se diese más importancia a parar un evento deportivo que al genocidio de Gaza. Desconozco si el de Mos ha dado un discurso denunciando la masacre del estado de Israel en Palestina. Ojalá sea así. Lo humanizaría bastante.
Por otro lado se está cometiendo un error homologando la exigencia de que los clubes o las federaciones abandonen la competicion si juega un equipo israelí, porque eso no ha pasado en La Vuelta, donde los equipos participantes no renunciaron. Fueron los ciudadanos los que pararon la competición. La equivalencia que buscan no es que Borja Iglesias se niegue a jugar contra un equipo israelí, sino que un grupo de ciudadanos, por ejemplo, paralice el bus del Macabi e impida que llegue a disputar el encuentro. Se puede aceptar el debate sobre la idoneidad de estas medidas, pero lo demás es pura demagogia.
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