El eterno salvavidas del Celta



Balaídos vivió ayer una tarde cargada de emociones en honor a su gran ídolo: Iago Aspas. El delantero del Celta de Vigo fue homenajeado antes del encuentro frente al Girona tras haber alcanzado una marca histórica el jueves anterior, cuando disputó su partido número 500 con el club celeste ante el Atlético de Madrid. En un gesto de agradecimiento, el club le entregó una camiseta conmemorativa y, desde la grada de Río se desplegó un imponente tifo en su honor.

Con 37 años, Aspas es mucho más que un delantero para el Celta; es un símbolo de lucha, compromiso y lealtad. A lo largo de los años, ha demostrado ser esencial en la dinámica del equipo, liderando numerosas gestas y salvando al club en momentos críticos, como en varias ocasiones en las que su rendimiento fue clave para evitar el descenso. En la temporada 2015-16, Aspas fue fundamental para que el Celta lograra clasificarse para la Europa League, donde también brilló como uno de los jugadores más destacados del torneo.

A pesar del reconocimiento y la ceremonia previa al duelo contra el Girona, el cuerpo técnico decidió que Iago Aspas comenzara el partido en el banquillo, buscando darle un merecido descanso tras una semana intensa. El Celta, que ha dependido de su talento durante años, arrancó el encuentro sin su gran referente y lo pagó caro. El Girona se adelantó en el marcador, complicando el panorama para los locales.

Con el equipo gallego contra las cuerdas, el técnico decidió que era momento de recurrir a su estrella. Restaban apenas 25 minutos para el final del partido cuando Aspas ingresó al campo, y, como ha hecho en tantas ocasiones a lo largo de su carrera, se convirtió en el protagonista. A pesar de su edad, el delantero mostró una vez más su visión de juego y su calidad técnica, liderando la jugada que acabaría en el gol del empate. Todo comenzó con un magistral cambio de juego que envió hacia el joven Hugo Álvarez, quien supo devolver el balón para que Aspas culminara la jugada y encendiera la euforia en Balaídos.

El tanto no solo significó un punto de oro para el Celta, sino que reafirma el papel imprescindible de Iago Aspas en el equipo. A pesar del paso de los años, su impacto en el juego sigue siendo decisivo, y su conexión con la afición es inquebrantable. En momentos en que el equipo ha flaqueado, Aspas ha sido ese salvavidas que ha mantenido al Celta a flote, respondiendo con goles y actuaciones heroicas. Ayer fue otro capítulo de la increíble historia de Iago Aspas. Otro más. 


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