Los goles suelen taparlo todo, y esto ha sido lo que pasó con el partido de ayer de Carles Pérez. Pero bienvenidos sean. El catalán estaba instalado en el ostracismo con Rafa Benítez, y la llegada de Claudio Giráldez le ha ofrecido una nueva oportunidad. De entrada no fue titular, pero la lesión de Manquillo le permitió entrar al terreno de juego a la media hora de juego.
Giráldez lo ubicó como carrilero derecho, una posición en la que quizás no ha jugado demasiado, pero en la práctica es mucho más parecido a un extremo que el carrilero clásico de una defensa de tres centrales, porque al nuevo técnico celeste le gusta que los centrales de los costados ejerzan como laterales en fase ofensiva.
En todo caso el partido de Carles Pérez no resiste la comparación con su homólogo en la otra banda, porque Hugo Álvarez dio un recital y tiene características muy diferentes a las del catalán, pero al margen de esto su partido no estaba siendo excesivamente bueno. Tiene un pequeño problema con la toma de decisiones, que con trabajo se puede corregir, pero tiene potencial, y eso lo demostró con el golazo que permitía al Celta iniciar la remontada. Ese gol tapó un partido discreto, pero es una excelente noticia.
Una de las misiones del nuevo preparador céltico es la de recuperar a Carles Pérez. Al final del encuentro envió un mensaje similar, refiriéndose a trabajar el apartado físico del futbolista para ver su mejor versión. No fue su mejor partido, y tiene por delante mucho margen de mejora. El gol puede ser el punto de partido para liberar de presión al jugador, y ayudará mucho a ver su mejor versión.
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