El impulso que no tendrá el Celta Femenino


Foto: Michael Bradley / Getty Images

El crecimiento del fútbol femenino ha sido notable en los últimos años. El trabajo de muchos clubes y el espectáculo ofrecido por las jugadoras ha provocado que La Liga F haya pasado del ostracismo a disponer de cierto eco mediático, aunque todavía muy lejos de sus colegas de la liga masculina. 

Esta mañana la selección española logró clasificarse para la final del Mundial Femenino, que se disputa este mes en Australia y Nueva Zelanda. Es un éxito sin precedentes para una selección cuyo techo en esta competición eran los octavos de final.  El rendimiento de las jugadoras españolas redundará positivamente en todo el fútbol femenino, y también se beneficiarán los equipos de fútbol de la liga doméstica. 

Mientras tanto el Celta sigue dándole la espalda al crecimiento del fútbol femenino. El proyecto faraónico del que habla Carlos Mouriño sigue esperando su creación, siendo uno de los pocos clubes del fútbol profesional que todavía no se ha decidido a dar el salto, y que no tiene planes de hacerlo a corto plazo. La justificación es la ausencia de una ciudad deportiva con campos suficiente para acoger a todos los equipos que pretende crear el club. 

Mientras tanto el resto de clubes apostaron hace años por una sección femenina, que van fortaleciendo poco a poco, aumentando su estructura, en un proceso lógico. El efecto llamada del equipo femenino hace que se genere interés entre las niñas de las ciudad por jugar al fútbol. En Vigo son muy pocas las niñas que se ven en las categorías inferiores de los clubes de la ciudad, con alguna excepción como el Coruxo o el  Sárdoma, que han apostado claramente por ellas. Y eso que su ciudad deportiva no es la del Celta actual. Si se quiere, se puede. 

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