Ese jugador del que usted me habla


Foto: RC Celta

El Celta vivió ayer uno de los días más tristes en su historia reciente con la salida de Denis Suárez, y no por la marcha de un futbolista importante en los últimos años, celtista hasta la médula y dispuesto a finalizar su carrera defendiendo el escudo que siente. No es ese el motivo, porque esto son cosas que han pasado y que seguirán pasando. 

Nos referimos a la escasa solemnidad en el comunicado del club para anunciar su marcha. Ha sido triste, feo y canalla. La realidad es que el anuncio de su despedida ha sido exactamente igual que el de Santi Mina, poniendo a la misma altura la terrible afrenta de Denis Suárez a Carlos Mouriño, con un agresor sexual juzgado y condenado, siguiendo la línea de la lamentable e incendiaria rueda de prensa de Mouriño del pasado verano, en la que ponía a la misma altura a los dos jugadores, pero haciendo especial hincapié en el "traidor" de Denis Suárez. 

"El RC Celta y el RCD Espanyol de Barcelona cerraron hoy un acuerdo para que Denis Suárez juegue en el conjunto barcelonés lo que resta de temporada 2022/2023." Un comunicado telegramático como despedida para un futbolista que ayudó al Celta en un momento muy delicado con su venta al Manchester City, y que regresó a Vigo rebajando parte de su salario en un esfuerzo común, ya que a pesar de esta rebaja seguía siendo uno de los más importantes del equipo. 

Un comunicado que recuerda a aquel Mariano Rajoy, acorralado por la corrupción, balbuceando ante las preguntas de la prensa y refiriéndose a Bárcenas como "ese señor del que usted me habla", con la diferencia de que el Bárcenas de esta historia no ha sido juzgado, pero si condenado por un señor que ha ido coleccionando enemigos a lo largo de sus años como presidente del club, sin ganar absolutamente nada con ello. 

La lista de agraviados en los últimos años es grande. Desde Radoja, Jonny, Sergi Gómez, David Costas y otros futbolistas cuyo trato por parte del club ha dejado mucho que desear, y cuyos chantajes no han evitado el miedo del club a que un jugador se vaya gratis, o que no acepte salir si no se cuenta con él. Lo único que ha conseguido es sonrojar al celtismo y ganarse enemigos en el mundo del fútbol. 

¿Pero hasta qué punto controla Carlos Mouriño los comunicados del club?. No lo podemos asegurar, pero lo que está claro es que el modus operandi del Celta en este y otros asuntos ha dejado bastante que desear en los últimos años. Recordemos que tras la marcha de Orellana en el mes de enero de 2017, el Celta eliminó sus goles en los vídeos recordatorios que emitía en los partidos de la Europa League, en los que se podían ver todos los goles de la temporada en esa competición, menos los que había marcado el chileno. Algo tan absurdo como dejar una silla libre para no sentarse al lado de Abel Caballero. Fin de la cita. 


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