Miguel Baeza, la última promesa que triunfa en Portugal


Foto: Patricia de Melo Moreira / Getty Images

(EFE) La liga portuguesa se ha convertido en los últimos años en un gran escaparate para las jóvenes promesas del fútbol mundial, que encuentran allí los minutos que no tienen en los grandes campeonatos. Cada vez más españoles cruzan la frontera. Uno de los últimos fue Miguel Baeza, cedido por el Celta al Rio Ave.

El atacante cordobés llegó a Balaídos como una de las grandes promesas de la fábrica de talentos del Real Madrid, que se quedó con el 50 por ciento de sus derechos, una muestra del potencial que veían en Valdebebas.

Pero en Vigo no tuvo continuidad, sobre todo tras la llegada al banquillo del Eduardo “Chacho” Coudet. Ni el argentino jugaba a lo que pretendía Baeza, ni éste reunía las condiciones para satisfacer las exigencias físicas del técnico, que este último verano lo utilizó en pretemporada para presionar al club. Baeza fue un fijo en el once mientras Coudet seguía reclamando la llegada de delanteros.

“Estaba jugando mucho, y eso me hizo pensar. Dije para mí, ostia, este año voy a pelear por tener minutos”, confiesa a EFE Miguel Baeza, quien nunca imaginó esta parada en Portugal: “Tenía muchas dudas de aceptar la oferta del Rio Ave porque para mí era todo nuevo: otro país, otro idioma, otro fútbol…”.

Tres meses después, cree que acertó saliendo de Vigo. “Y no lo digo porque esté jugando, que al final es lo más importante, sino porque tengo la sensación de que esta liga me va a ayudar a crecer como jugador”, destaca Baeza, que persigue el mismo camino que otros compatriotas como Fran Navarro o Pedro Porro.

Muchos equipos de Portugal no pueden fichar a los mejores y se centran en desarrollar carreras prometedoras. Lo hacían con jugadores sudamericanos y ahora también buscan pescar en el mercado español.

“Es una liga muy competitiva, otro fútbol, mucho más físico. No era consciente del nivel que había en Portugal”, destaca Baeza. Su gran salto ha llegado donde menos esperaba: “Es un juego muy físico, de transiciones, aquí no te dan un segundo para pensar. Eso me viene muy bien para mi juego, a mí me va a ayudar a madurar”.

La gran diferencia entre el fútbol español y portugués está en la táctica. En las “factorías” nacionales se insiste más en saber posicionarse, en respetar los espacios; en el país vecino priman la competitividad, el juego físico y vertical. Dicho de otra forma: en España los equipos son más ordenados, no tienen tanta prisa por llegar al área contraria.

“Vengo del Real Madrid y allí desde los 12 años te exigen el tema de perfiles, por qué estas colocado aquí para ganar ventaja”, apunta Baeza, quien busca completar esa formación en el país vecino: “Aquí estoy ganando esa agresividad que me faltaba”.

Por eso, antes de vestirse la camiseta del Rio Ave no recomendaría a nadie ir a jugar a Portugal. “Ni loco”, bromea. Ahora es otra cosa. “No tengo ninguna duda de que es un sitio ideal para que los jóvenes españoles tengan el impulso que necesitan”.

En Vila do Conde, un distrito de Porto, está amoldando su cuerpo a la exigencia de la titularidad en el primer nivel. Un dato revela su adaptación: en tres meses suma tantos minutos como la temporada pasada en España, primero en el Celta y a partir de enero en la Ponferradina.

“Me he encontrado un equipo que le gusta jugar mucho al fútbol, la filosofía de nuestro míster es tener la mayor parte del tiempo la posesión. Para mí era importante ir a un equipo que me diera minutos. Esta temporada es muy importante para mí”, insiste Baeza, para quien Portugal es una parada con destino Vigo: “Quiero volver, quiero triunfar en Balaídos”.

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