Gabri Veiga echa la puerta abajo


Foto: RC Celta

Cuando finalizó el partido de anoche ante el Cádiz muchos de los focos apuntaban hacia Iago Aspas, autor de un doblete, y del debutante Strand Larsen, que maravilló en sus primeros minutos con la casaca celeste, pero también lo hacían, o al menos deberían, hacia la figura de Gabri Veiga, un futbolista que está saltando todas las barreras y murallas para hacerse con un más que merecido hueco en el once inicial. 

Escribíamos la pasada semana, tras el partido ante el Girona, que el de Porriño estaba llamando a la puerta de la titularidad. Anoche lo hizo. Gabri Veiga tiró abajo la puerta con insultante elegancia. Nada debe impedir que en el próximo encuentro el canterano salga de inicio ocupando la plaza del denostado Denis Suárez. Ahora deben ser otros los que echen esa puerta abajo para sacarlo de ahí. 

A Coudet ya le gustó lo que hizo en Montilivi. Con su entrada al campo tras la lesión de Renato Tapia el equipo mejoró muchísimo. Ganó equilibrio y salida de balón. Beltrán tiene que jugar, pero rinde mejor un poco más retrasado, con alguien como Veiga por delante de él. Esa es la fórmula que tan bien funcionó el pasado año, entonces con Denis Suárez. Ahora con otro canterano, con características diferente, pero igualmente efectivo. 

El técnico celeste lo vio claro en la primera parte, y lo puso a calentar intensamente para saltar al terreno de juego tras el descanso. Los efectos fueron inmediatos. Gabri Veiga participó en los dos primeros goles. En el primero asistiendo a Aspas, y en el segundo con una extraordinaria maniobra dentro del área, dejando pasar el balón y dándoselo a Strand Larsen, para que este dejase un exquisito pase de gol para Óscar Rodríguez. 

El canterano bordeó el gol en dos ocasiones, añadiendo el registro de llegador a su repertorio de virtudes. Primero con una bolea desde fuera del área que salió cerca del palo, y después cuando estuvo a punto de cazar el rechace tras el cabezazo al poste de Strand Larsen. Pero sobre todo dejó la sensación de que el centro del campo era más equilibrado, más lógico, más incisivo con él en el terreno de juego. 

Explicaba Coudet al final del partido que no siempre van a necesitar esta fórmula, pero hay determinados partidos, ante equipos cerrados como el Cádiz, que no es necesario el doble pivote formado por Beltrán y Tapia, sino que se necesita un futbolista que ayude más en la creación. Ahí entra Gabri Veiga, un futbolista en el que Coudet ve cosas muy buenas, y no considera un riesgo darle minutos. Veremos, eso sí, si se atreve a dárselos desde el inicio frente al Atlético de Madrid. Méritos está acumulando. 

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