Parecía un partido más, pero no lo era


Foto: Marta G. Brea/Faro de Vigo

El 22 de febrero de 2020 se jugaba un partido muy importante en Balaídos. Visitaba el recinto vigués el Club Deportivo Leganés, rival directísimo en la lucha por la permanencia. Ganó el Celta, con un gol de Iago Aspas en el minuto 62, logrando una victoria con cierta épica al jugar con un hombre menos desde que en el minuto 21 fuese expulsado Filip Bradaric. 

Era un partido clave para la salvación, pero uno más, o eso creíamos todos los que estábamos en el estadio aquel 22 de febrero de 2020, pero no, aquel no era un partido cualquiera. Ni mucho menos. 

Desde China llegaban noticias sobre un virus que estaba poniendo en jaque a un parte del país. Las típicas noticias lejanas que siempre pensábamos que no nos afectarían. No fue así. Un par de semanas después, el gobierno decretaría el confinamiento, inicialmente por quince días, y todo el fútbol se paralizaba. 

La Liga regresaría tres meses después, pero sin público, una situación que se repitió durante la Temporada 2020-21, a excepción de la última jornada ante el Betis, en mayo de 2021, un año y tres meses después del último partido con público en Balaídos. Demasiado tiempo sin pisar el templo, demasiado sin saborear el fútbol en directo por una situación que pensamos que no llegaríamos a vivir jamás.  

Los más afortunados volvimos cuando se abrieron los estadios, otros no pudieron hacerlo. Así que no, aquel no era un partido cualquiera, pero no lo sabíamos. Por eso os recomiendo a todos disfrutar de todos los momentos felices que viváis. Nunca se sabe si puede ser la última vez.  


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