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| Foto: RC Celta |
El Celta B logró una gran victoria en Barreiro ante un rival directo en la lucha por las plazas de promoción de ascenso a Segunda División. El filial celeste sentenció el partido en los primeros 45 minutos, con un fútbol que encandiló a la grada, gracias a un doblete de Gabri Veiga y un golazo de Miguel Rodríguez. La segunda parte fue un trámite, y en tiempo de descuento recortó distancias el equipo madrileño.
Onésimo alineó de inicio a un equipo que empieza a ser bastante habitual en las últimas jornadas, con la presencia de Carlos Domínguez en el eje de la zaga, acompañando a Álex Martín. Javi Castro ejerció como lateral por banda derecha, con Diego Pampín por el otro costado y Gaizka Campos en la portería. Carbonell y Holsgrove en la sala de máquinas, con Cedric y Javi Gómez por bandas, Gabri Veiga de enganche y arriba Miguel Rodríguez.
La primera parte fue totalmente celeste. A los 21 minutos abrió la lata el filial céltico por medio de Gabri Veiga, que aprovechó un rechace tras un centro lateral para batir a Nereo y poner en ventaja al equipo local, que a partir de ahí empezó a dominar con un fútbol preciosista en el que parecía cuestión de tiempo ampliar la ventaja.
Gabri Veiga gozó de un par de oportunidades para hacerlo, y también el equipo madrileño tuvo alguna llegada peligrosa, especialmente a balón parado, pero en el minuto 35 llegaría el 2-0, por medio de Miguel Rodríguez, que con una picadita sutil batía a Nereo, con cierta fortuna ya que su balón golpea a un adversario. En todo caso un gran gol del canterano, al que puso réplica cinco minutos después Gabri Veiga, que firmaba su doblete aprovechando un balón suelto en el área para, en dos intentos, batir al meta rayista poniendo el 3-0 con el que se llegó al descanso.
La segunda parte se la tomó el Celta con más tranquilidad, y le bastó para mantener el marcador ante las tímidas acometidas de un Rayo Majadahonda que pareció rendirse en la primera mitad.
Con los cambios y la entrada al terreno de juego de Iker Losada, Alfon y Fabrício, el filial celeste aumentó de nuevo la velocidad, y generó varias ocasiones de gol y llegadas, que no tendrían consecuencia en el marcador, aunque animaron bastante a la afición local, que sobre el descuento casi celebra un golazo de Pampín con un lanzamiento de falta que se estrelló literalmente en la cruceta. Justo tras esa acción llegaría el gol de la honra del Rayo Majadahonda, en una indecisión de la zaga que permitía a Rubén Sánchez poner el 3-1 definitivo.
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