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| Foto: Getty Images |
Comentaba hace unas semanas Eduardo Coudet, que el jugador que más había mejorado desde su llegada a Vigo era Fran Beltrán. El madrileño ostentaba un rol muy diferente cuando el preparador argentino tomó posesión de su cargo. La competencia complicaba la posibilidad de entrar en el equipo para el de Seseña, que perdía en la comparación con Renato Tapia, como pivote más posicional, y también con respecto a Denis Suárez, más liberado y creativo.
Un año después Fran Beltrán ha logrado resistir la comparación con ambos, y a la vista de su rendimiento parece estar incluso por delante de ellos. Fue suplente ante el Barcelona, pero el equipo mejoró notablemente con su entrada al campo, y aunque este sábado participó en la horrenda primera parte del equipo, fue de los pocos que salió bien parado durante el primer acto.
La evolución de Beltrán ha sido evidente. Ha dejado de ser aquel suplente que pedía públicamente salir cedido si no disponía de minutos, a convertirse en un habitual del once en las últimas jornadas, y un futbolista que ahora mismo parece imprescindible. El sábado se fue del campo con la mejor de las ovaciones por parte de una afición que valora su trabajo desde que llegó a Vigo hace más de tres años. Entonces era una promesa, un futbolista con un tremendo potencial que pulir. Hoy ya es una realidad, y atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera deportiva.
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