Al contrario que otros futbolistas, tanto David Costas como Emre Mor estaban citados este lunes para comenzar la pretemporada con el Celta. Su futuro en el club está bastante claro, no cuentan para el cuerpo técnico, y el club intenta finalizar su vinculación, a través de la rescisión de su contrato en caso de que encuentren acomodo en otro equipo, lo que seguramente abarataría este finiquito.
Los dos futbolistas saben que se enfrentan a la posibilidad de pasar un año en blanco si deciden cumplir su contrato hasta el 30 de junio de 2022. David Costas ya cuenta con experiencia, puesto que el pasado verano el Celta intentó que saliese, pero el de Chapela decidió continuar en el equipo, sin contar con un solo minuto durante todo el curso.
Emre Mor vive una situación nueva para él, aunque entre comillas, ya que en el final de la pasada campaña tampoco entraba en los planes de Coudet, tras decidir ir a Dubai a recuperarse de su lesión, sin evitar finalmente pasar por el quirófano. El turco-danés ha sido seguramente la peor inversión económica del club a lo largo de sus casi 98 años de historia, y en Casa Celta ya dan por hecho que no recuperaran ni un solo euro de los 14 millones invertidos hace ahora cuatro veranos.
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