La importancia del entrenador


Foto: RC Celta

Cuando el pasado 5 de octubre se cerró el mercado de fichajes, la sensación del celtismo es que desde la dirección deportiva se habían hecho muy mal las cosas, y que tendría consecuencias. Quien más y quien menos se esperaba una tercera temporada de sufrimiento, que además ya se iba confirmando por los resultados obtenidos en los primeros partidos. 

El equipo no acababa de arrancar, las sensaciones eran malas, y daba la sensación de que no había suficiente fondo de armario para sostener la categoría en una temporada muy complicada, marcada por las restricciones, los partidos a puerta cerrada y la lotería del Covid, que podía costar puntos en momentos delicados. 

Pero entonces el Celta decidió tocar la figura del entrenador. El crédito de Óscar García se agotó, y el club celeste recurrió a un viejo futbolista, que estaba destacando en la liga brasileña, y que ya había hecho un pequeño milagro con el Racing de Avellaneda en Argentina: Eduardo Coudet. 

El resto ya es historia. El preparador argentino le dio la vuelta al equipo como a un calcetín, e incluso cuando el equipo sufrió bajas importantes en el mercado de invierno, ha sabido mantener el nivel competitivo. El Celta de Coudet no solo no ha visto peligrar la categoría, sino que acaba la temporada con cinco victorias consecutivas y con la sensación de que si hubiese durado algo más, habría podido entrar en Europa. 

Y todo eso en un final de temporada convulso, con muchísimas bajas, que ha obligado a tener un banquillo muy escaso, y formado en algunos casos por futbolistas juveniles. 

Coudet ha sido capaz, además, de recuperar a jugadores como Denis o Brais Méndez, algo que ellos mismos han destacado, e incluso a Fran Beltrán, que ha suplido con plenas garantías la ausencia de un Tapia al que mantuvo a gran nivel el técnico argentino. Poco más se le puede pedir. Su trabajo esta temporada ha sido magnífico, y pone de manifiesto la importancia de un entrenador, y la necesidad de invertir en una posición que es clave para cualquier equipo. 

El Celta ha trabajado muy bien en todos los aspectos en las últimas temporadas, pero en ocasiones ha pecado de querer ahorrar dinero en una posición clave como la del técnico. Desde la llegada de Luis Enrique, al que consiguió por una cantidad muy inferior a su caché, hasta el paso de Berizzo, no valorado lo suficiente después de tres años fantásticos. A partir de ahí ha sido una búsqueda sucesiva de técnicos buenos, bonitos y baratos, que no siempre ha resultado. Y no, no es que en el caso de Coudet se haya hecho una inversión importante, pero viendo su trayectoria en América, era evidente que se trataba de un enorme acierto. 

Ahora toca lo más complicado, mantener este proyecto, con el Chacho como líder indiscutible. Es ahora cuando el Celta tiene que dar un paso adelante y poner el foco en las prioridades. 

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