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| Foto: Óscar Vázquez/La Voz de Galicia |
El Celta acabó la jornada 23 en novena posición, con los puestos de Europa más cerca que el descenso. Falta por ver si esa séptima plaza finalmente permitirá jugar competiciones europeas, algo que dependerá del ganador de Copa, pero mientras no se demuestre lo contrario puede servir para regresar a las competiciones continentales, que no pisa el Celta desde 2017.
Para definir los objetivos del equipo, los próximos cuatro partidos serán decisivos. Valencia, Real Valaldolid, Huesca y Athletic serán los próximos rivales del Celta. Dos equipos de la zona baja (Huesca y Valladolid) ante los que el equipo con Coudet ha respondido muy bien, con la excepción del choque ante el Eibar, y otros dos ante Valencia y Athletic, teóricos rivales por puestos europeos, aunque los valencianistas no han empezado la temporada de la mejor manera.
El Athletic se vislumbra como un rival más que posible en esas aspiraciones europeas. Tras la llegada de Marcelino el equipo bilbaíno ha cambiado radicalmente, pasando a ser muy competitivo. Este lunes derrotó al Cádiz por un contundente 0-4, y sigue con opciones de ganar la Copa de 2020 y la de esta temporada, redondeando una gran temporada a la que añadir el título de la Supercopa.
Los partidos ante Huesca y Valladolid tampoco serán sencillos. Entramos en la fase decisiva de la temporada, y estos dos equipos se están jugando su continuidad en la máxima categoría, lo que los convierte en rivales muy complicados, aunque en apariencia puedan parecer sencillos. Tras estos cuatro partidos llegará la visita del Real Madrid a Balaídos, que ya será otra historia, pero en función de cómo llegue el Celta a ese encuentro podremos saber cuál será el objetivo de ahí hasta el final de la temporada.
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