El Celta ha logrado un valioso punto en la cancha del líder, en un partido que tuvo dos partes claramente diferenciadas. La primera, totalmente del Celta, y la segunda con mayor presencia del Atlético de Madrid, y con idéntica resolución al llegar un gol del equipo menos dominante en los últimos minutos. Facundo Ferreyra debutó con gol, a pase de otro de los fichajes de invierno, Augusto Solari.
Eduardo Coudet pudo poner en liza su once de gala, el que acumuló cuatro victorias consecutivas en el mismo diciembre, con la única modificación de Aarón Martín por el ya excéltico Lucas Olaza. La puesta en escena del equipo fue muy buena, con una presión asfixiante sobre la salida de balón del Atlético, y moviendo la pelota con mucho criterio.
Pudo llegar el primero muy pronto gracias a un buen centro de Aarón desde la banda, que Nolito intentó peinar sin llegar a contactar con el esférico. Pero en el minuto 12 no fallaría el Celta. Brais abre un buen balón a la banda, Hugo Mallo pone un gran centro de primeras que aprovecha Santi Mina para cruzar con un certero cabezazo, imposible para Oblak.
El Celta se sentía muy cómodo en el campo, y mucho más tras el gol, ante un Atlético que intentaba situarse en el terreno de juego, sin apenas acercamientos al área de Rubén Blanco. Al equipo de Coudet le faltó transformar esa comodidad y superioridad en más ocasiones de gol con los que ampliar la ventaja, que además se redujo a la mínima esencia al borde del descanso, en el único despiste de la zaga celeste, aprovechado por un imparable Luis Suárez, rozando el fuera de juego.
Pocos goles sientan tan mal como los que llegan al borde del descanso. Tras la pausa Simeone retocó el sistema, pasando a defensa de cuatro, y complicó más la vida a los de Coudet con el 2-1 nada más comenzar la segunda mitad. Otra vez rozando el fuera de juego, esta vez de forma todavía mucho más dudosa, y nuevamente Luis Suárez aprovechando un gran servicio de Renan Lodi.
El golpe fue importante para el Celta, que aún así dispuso de alguna ocasión en los siguientes minutos, la más clara en las botas de Iago Aspas, que ya se relamía con el empate cuando apareció un inconmensurable Kondogbia para evitarlo. El centrocampista del Atlético realizó una magnífica segunda parte.
Las ocasiones de la segunda mitad fueron escasas en ambos bandos, pero fue el Atlético quien estuvo más cerca de la portería de Rubén Blanco, sin que el de Mos tuviese que intervenir. Se sentía cómodo el Atlético, y Coudet movió el banquillo para intentar cambiar algo, dando entrada primero a Solari por Nolito, y posteriormente a Ferreyra por Santi Mina.
Y cuando parecía que el partido se moría con el 2-1, llegó una acción que inicia Aspas con un gran pase a Solari, para que el argentino ponga un centro preciso al corazón del área donde apareció el debutante Ferreyra para empujar el balón al fondo de las mallas, poniendo el empate a 2, que ya sería definitivo. Buen empate en definitiva en uno de los campos más complicados de La Liga, ante un Atlético que encadenaba 8 triunfos consecutivos. El viernes visita Balaídos el Elche. Pero eso será otra historia.
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