El Celta solo necesitó 45 minutos para barrer al Cádiz en una primera parte repleta de efectividad, con un claro 4-0 al descanso, que ya sería el resultado definitivo, a pesar de que en la segunda parte el equipo de Coudet marcó otros tres goles, todos ellos bien anulados por fuera de juego. Nolito, Aspas, Fran Beltrán y Brais Méndez fueron los autores de los tantos celestes.
Como era previsible, Coudet repitió el once de los últimos partidos, con la salvedad de la entrada de Aidoo en lugar del sancionado Murillo. El resto del equipo el mismo, con Rubén Blanco en portería, Araújo acompañando al ghanés en el eje de la zaga. Laterales para Hugo Mallo y Olaza. Tapia en el pivote, y por delante tres mediapuntas -Nolito, Denis y Brais- de puente hasta la delantera formada por Iago Aspas y Santi Mina. Un once que ya prácticamente se sabe de memoria el celtismo.
El Celta tenía ante sí el reto de demostrar que su fútbol combinativo podía superar a una de las mejores defensas del campeonato, y todo salió de cara cuando a los cinco minutos, una pared entre Nolito y Aspas acaba con el andaluz depositando el balón en el fondo de las mallas. El partido se ponía de la mejor manera, con el Cádiz obligado a atacar, que es lo que menos le gusta, y un Celta que debía defender el resultado, su peor virtud igualmente.
Sin embargo los dos equipos respondieron bastante bien al desafío. El Celta supo defenderse, pero evitó con cierta fortuna que el Cádiz empatase el partido, con varias ocasiones muy claras para los amarillos, especialmente un remate de cabeza de Negredo tras peinada de Fali, que se estrelló en el poste. El equipo de Álvaro Cervera demostró el porqué de su clasificación, y que sabe hacer más cosas que defenderse. Muy buena imagen de los amarillos a pesar de la goleada encajada.
Pero claro, el Celta tenía su noche, y además Iago Aspas estaba plenamente inspirado. A la media hora se inventó un pase estratosférico para el desmarque de Santi Mina, que fue objeto de penalti por parte de Ledesma. El propio Aspas transformaría la pena máxima poniendo tierra de por medio con el Cádiz.
La mala noticia es que en esta acción Santi Mina se hizo daño en el hombro, y se tuvo que retirar unos minutos después, entrando en su lugar Fran Beltrán. Sería precisamente el madrileño el que anotaría el 3-0 con un potente chut desde fuera del área, una vez más a pase de Iago Aspas. Era el minuto 43, y la sentencia definitiva llegaría dos minutos después cuando Brais Méndez aprovechó un buen centro de Denis para anotar de cabeza anticipándose a Ledesma.
Inmejorable primera mitad, especialmente por la efectividad de los celestes. En la segunda parte no hubo demasiado que contar. El Celta controló bien el partido, moviendo el balón con una increíble precisión, que le permitía tener larguísimas posesiones que generalmente acababan con una ocasión de gol favorable a los celestes. En la segunda mitad se anularon tres goles a los vigueses, en las botas de Aspas, Olaza y Baeza, todos ellos por juego y bien anulados.
También el Cádiz se aproximó a la portería de Rubén Blanco, que tuvo que intervenir, especialmente a un lanzamiento de libre directo donde evitó el gol con una gran estirada. La buena noticia de la segunda mitad fue el debut de Lautaro, que no tuvo mucha participación pero mostró buenos movimientos de delantero.
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