Borja Fernández pertenece a una de las generaciones más prolíficas de la cantera del Celta en los últimos años. Los nacidos en 1995, que completaron uno de los mejores juveniles de las últimas temporadas, alcanzando la final de la Copa de Campeones en el año 2013, con Borja Fernández como uno de sus grandes abanderados.
El vigués tuvo sus oportunidades en el primer equipo, pero no acabó de cuajar, quizá porque no gozó de la confianza suficiente, o porque no fue capaz de ganársela. Se marchó del club en 2017 después de disputar 17 encuentros con el primer equipo, y más de un centenar con el filial, donde también formó parte de un gran equipo, disputando el play-off de ascenso a Segunda en 2017.
Tras dejar el Celta militó durante una temporada en el Reus, en Segunda División, y un año después comenzó su peregrinación por Europa. En la Temporada 2018-19 jugó en la Extraklasa, en las filas del Miedz Legnica, y desde 2019 forma parte del Asteras Trípolis, que milita en la primera categoría del fútbol griego. La pasada temporada disputó un total de 26 partidos de liga. En este mismo equipo jugó otro canterano del Celta como Levy Madinda.
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