La gran pregunta en estos momentos es cómo será la próxima temporada, entre otras cosas porque es imposible de asegurar o garantizar nada por parte de ningún estamento. Sabemos que la idea de La Liga es regresar a mediados de septiembre, pero veremos si es posible. Además hay que tener en cuenta que todas las decisiones que se tomen deben estar consensuadas con Sanidad, y esta irá marcando los objetivos en función de la evolución de la pandemia.
La competición en Segunda División se está retrasando demasiado debido a los positivos que se han conocido en las últimas horas. Esto podría retrasar el play-off, si es que se llega a jugar, y retrasará también la incorporación del equipo que ascienda, ya que los jugadores necesitan vacaciones, lo que podría suponer un contratiempo en los planes de empezar en el mes de septiembre.
Además está la cuestión del público, que afecta también a las previsiones de los clubes a la hora de elaborar sus campañas de abonados. Nadie puede garantizar ahora que el pública pueda acceder a los recintos, o en caso de hacerlo en qué porcentaje. La idea de La Liga y del CSD era que en septiembre los clubes pudieran usar un tercio de su aforo, pero ahora mismo todo eso es papel mojado.
La Liga tendrá que ser flexible e ir adaptándose a los distintos escenarios que vayan surgiendo, pero para la planificación de los clubes puede ser desastroso, incluso a la hora de incorporar futbolistas este verano sin saber con exactitud cuáles serán los ingresos del club, que dependerán de si hay público en los estadios, y si es viable disputar las 38 jornadas del próximo campeonato en un año que vuelve a ser de Eurocopa.
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