No sabemos si es algo casual o causal, pero hay un hecho innegable que afirman las estadísticas: Desde que existe el VAR se ha disparado la señalización de penaltis. Según informa La Vanguardia, la cifra de penas máximas señaladas supera ampliamente a las de temporadas anteriores.
Con los partidos de ayer ya son 131 penaltis, 2 más que la temporada pasada, la primera en la que existía el VAR, y que ya superó los registros de temporadas anteriores. Por ejemplo, en la 2017-18, se pitaron un total de 113, mientras que en la 2016-17 fueron 120. La Temporada 2015-16 registró la cifra más pequeña, con un total de 97.
El celtismo aún se pellizca cuando piensa en que ha tenido cinco penaltis a favor en los últimos 5 partidos, algo nunca visto. Una de las razones puede encontrarse en la forma de aplicar la normativa. Si el colegiado señala penalti, y tras ser revisado por el VAR se comprueba que existe contacto, no se contradice la decisión del colegiado. Si en esa misma jugada el trencilla no estimase que es falta, el VAR tampoco lo corregiría. Es decir, primera el criterio del árbitro. Un buen ejemplo lo tenemos en el penalti señalado a favor del Celta ante la Real Sociedad.
Mención aparte merece el penalti señalado por De Burgos Bengoetxea contra el Celta. Desde el VAR le recomendaron que lo revisara, y tras ver la repetición durante tres minutos, el colegiado se mantuvo en su flagrante error. De eso no tiene la culpa el VAR.
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