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| Foto: Jorge Landín |
Emre Mor es un auténtica patata caliente para el Celta. El internacional turco ha fracasado estrepitosamente en sus dos cesiones esta temporada. Primero en el Galatasary, donde contaba con el favor de Fatih Terim, lo que no fue suficiente para ganarse un sitio y disputar algo más que minutos de la basura.
Si en Turquía le fue mal en Grecia todavía peor. El Olympiacos se lo llevó en el mercado de invierno, con la condición de quedarse con el jugador en propiedad si disputaba la mitad de los partidos oficiales del equipo ateniense. Nada más lejos de la regularidad. No debutó en Europa ni en la liga griega, y solo disputó 60 minutos de Copa.
Ahora está de vuelta, con dos años más de contrato, y el Celta no sabe qué hacer con él. Según informa este viernes Rafa Valero en el diario Marca, desde Príncipe tienen claro que no quieren verlo ni en pintura, y no realizará la pretemporada con el equipo, pero no es sencillo colocarlo en el mercado después de sus últimas experiencias. La esperanza pasa por una cesión y que explote en algún club donde, por alguna razón, comience a ser consciente de que su trabajo es el fútbol.
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