Celta 2 - Levante 3 | Peor imposible


Foto: La Voz de Galicia
Al Celta se le resiste la permanencia tras ser incapaz de derrotar a un Levante que no se jugaba nada y pareció mostrar una mayor intensidad que los celestes, que tampoco pudieron con el equipo granota a pesar de jugar la última media hora con un hombre menos. De los de abajo, el Mallorca perdió y es equipo de Segunda, mientras que el Leganés venció en San Mamés, por lo que se queda a un punto de los celestes, y se jugarán la permanencia en la última jornada. 

Óscar García apostó nuevamente por una defensa de cuatro, con Aidoo lesionado en la previa del partido. Regresó Murillo, aunque no se notó mucho, y también Kevin, dejando a Hugo Mallo en el banquillo. Por delante de ellos Okay y Beltrán, con Rafinha un poco más adelantado, y arriba por derecha Brais Méndez, por izquierda Santi Mina y en punta Iago Aspas. 

No pudo empezar peor el partido, ya que desde el primer minuto se vio a un Levante muy superior a los celestes. Los de Paco López se acercaban con una facilidad pasmosa al área de Rubén Blanco, y en media hora ya dominan con claridad gracias a un doblete de Bardhi, y pudo ser más de no ser porque Munuera Montero le anuló un tanto por fuera de juego. 

Tras la pausa de hidratación reaccionó el Celta, que logró remontar en 10 minutos. Primero por medio de Santi Mina, que marcó en un saque de esquina aprovechando la peinada de Araujo, y posteriormente Iago Aspas, que se anticipó al guardameta levantinista para marcar el empate a puerta vacía. 

El Celta se marchó al descanso con buenas sensaciones, y los resultados le favorecían, ya que el Mallorca, que empezó ganando, vio como el Granada le empataba en los instantes finales del primer periodo. El Leganés tampoco ganaba, por lo que al descanso el Celta estaba matemáticamente salvado. 

Óscar García movió el banquillo y en la segunda parte saltaron al césped Nolito y Bradaric en lugar de Okay y Beltrán. El maltrecho centro del campo quedaba totalmente a merced de la medular levantinista, que no tardó en volver a adelantarse en el marcador por medio de Borja Mayoral, en otro ejemplo de la superioridad del equipo valenciano. 

En el 58 se igualaron un tanto las fuerzas con la expulsión de Jorge Miramón, pero ni así el Celta fue capaz de crear peligro. De hecho las llegadas del Levante, aunque escasas, eran más peligrosas que las de un inoperativo Celta, incapaz de hilvanar dos pases seguidos. 

Óscar García apostó por acumular hombres de ataque, con las entradas de Gabriel Fernández y Juan Hernández, que sustituyó a Araujo después de que el central mexicano recibiese un golpe en la cabeza. Desde Mallorca llegaban buenas noticias, no así desde Sevilla, donde el Alavés ganaba al Betis, y desde Bilbao, donde el Leganés se imponía a los leones. 

En el descuento llegó el empate del Celta, pero la alegría duró muy poco, ya que tras revisar la jugada fue anulada por fuera de juego del Toro Fernández. Además Nolito sería expulsado al ver la segunda amarilla por las protestas. Peor imposible. Queda la final de Cornellá donde el Celta tiene que mostrar el coraje que se dejó hoy en el vestuario. 

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