La vuelta al origen de Rubén Blanco


El 26 de mayo de 2013 es un día que no olvidará el celtismo, y en particular Rubén Blanco. Aquel día el Celta iniciaba la agónica salvación del 4%, con un triunfo en Valladolid que permitía al equipo de Abel Resino soñar con la permanencia, que sería un hecho siete días después. 

Pero si alguien recuerda con especial cariño el estadio Nuevo José Zorrilla es Rubén Blanco. El de Mos era por entonces un prometedor guardameta de la cantera, que había tenido la ocasión de estar en el banquillo en las últimas jornadas por una lesión de Sergio Álvarez.

Rubén encaraba el partido sin sospechar que sería allí donde tendría ocasión de debutar en la máxima categoría cuando Javi Varas se lesionó en un hombro, teniendo que saltar al terreno de juego minutos antes del descanso. Fue su presentación, un partido sin mucho trabajó que precedía al último choque de la temporada, ante el Espanyol, donde ya tuvo que intervenir más. 

Aún pasaría una temporada más en el filial antes de subir al primer equipo después del traspaso de Yoel al Valencia. Desde entonces ha competido con Sergio por un puesto en la titularidad, que ahora parece claramente decantando a su favor. Mañana tendrá ocasión de regresar al origen, a donde comenzó todo, y en una situación también agónica, con la salvación pendiente de un hilo. Parece que nada ha cambiado, salvo que él es ahora el meta titular, y en el banquillo estará una promesa debido a la lesión de Sergio.  

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