El momento es ahora


El Celta se encuentra en un momento clave de cara a su futuro más próximo. Pendiente está todavía resolver la permanencia, para la que ha dado un paso muy importante en las últimas jornadas, pero que no está todavía cerrada. La Liga ya ha demostrado más de una vez lo peligroso de lanzar las campanas al vuelo antes de tiempo. 

Si este objetivo se consigue, el Celta debe consolidar el proyecto para los próximos años. Lo primero es renovar a Óscar García, un técnico que ha cambiado la cara del equipo y lo ha convertido en una escuadra fiable, y capaz de divertirnos, como vimos el pasado domingo ante el Alavés. 

También hay que consolidar un equipo con mayores aspiraciones para los próximos años. El gran esfuerzo realizado el pasado verano con el regreso de importantes ex jugadores no ha ofrecido frutos en su primer año, pero es una base muy sólida sobre la que crecer. Jugadores como Denis Suárez, Santi Mina y sobre todo Rafinha, son la base de un ilusionante Celta para los próximos años. 

Y ahí precisamente, en Rafinha, es donde el Celta tiene que enfocarse para crecer y dejar de mirar para las plazas de abajo de la clasificación. Conseguir la continuidad de Rafinha es un objetivo inexcusable, como lo es también asegurar que Olaza termine la temporada y siga en Vigo, y por supuesto retener a Murillo. 

Es un momento crucial. Óscar ha dado con la tecla, y si somos capaces de mantener el bloque de esta temporada, con un par de retoques interesantes se puede hacer un equipo que sea solvente durante una serie de años. El relevo de Iago Aspas, al que todavía le queda mucho fuelle, pero ha tirado en solitario de un equipo que no podía vivir sin él, y que poco a poco empieza a apoyarse en otros bastiones. 

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