Iago Falque está pasando una cuarentena bastante extraña. El futbolista vigués fichó por el Genoa en el mercado de invierno, esperaba que solo estuviese unos meses en el equipo, y se alojó en un hotel, que cerró cuando llegó el confinamiento, por lo que ha tenido que buscar otro en una zona apartada de la ciudad, cercano al aeropuerto.
En una entrevista concedida a La Voz de Galicia habla de cómo está viviendo estos momentos: “Ya se me está haciendo muy largo. Estoy esperando noticias. Me ha tocado en las dos peores partes: vivir en Italia, y con toda la familia en España, que son los dos países de Europa más perjudicados por esta pandemia. Sí que estoy preocupado, pero por suerte todos están bien. Ojalá podamos salir pronto”, proclama.
Sobre la opción de que el fútbol vuelva, muestra bastantes dudas: “La desinformación es un problema y yo, sinceramente, no estoy preparado para decir si sería mejor volver o no. Pocos pueden hacerlo. Pero creo que, si el fútbol tiene que esperar a que haya una vacuna, sería catastrófico. Pero insisto, a mi no me gusta hablar sin saber. No creo que nadie quiera estar un año sin competir. A mí me gustaría volver a jugar, pero siempre que la gente que decide opine que puede ser así”, reitera.
Su nombre suena de forma recurrente casi todos los veranos como posible refuerzo del Celta, desde que era una promesa en el Villarreal, hace más de una década. Falque evita referirse a su futuro, “y más ahora con lo impredecible que es el futuro. No lo descarto, pero no sé dónde acabaré”, concluye.
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