La crisis del capitán


Foto: Europa Press
Si algo nos está dejando esta temporada son motivos para preocuparnos. Muchos jugadores no están a su mejor nivel, pero especialmente duele el estado de Hugo Mallo. El capitán sigue sin encontrar su mejor juego, y a pesar de una ligera mejoría en los últimos partidos, ayer volvió a patinar en un encuentro para olvidar a nivel individual. 

El de Marín solo jugó la primera mitad, ya que tras el descanso se quedó en el vestuario después de que Óscar García apostase por una fórmula mucho más ofensiva, colocando a Pepe Cheikh como carrilero por la banda derecha. Los minutos de Hugo Mallo en Butarque fueron para olvidar, firmando un partido lleno de imprecisiones en el pase, en muchos casos no forzadas. 

Tampoco en defensa logró ser un muro, así que su rendimiento se puede calificar de muy malo. El problema es que no es algo puntual o novedoso, sino algo que se viene repitiendo a lo largo de toda la temporada. El canterano atraviesa una crisis de juego que debe revertir cuánto antes por el bien del equipo. 

Hablamos de una leyenda del celtismo, y por lo tanto hay que hacerlo con el mayor de los respetos. Hugo Mallo vive su undécima campaña en el primer equipo, quinta como capitán, y a pesar de contar con solo 28 años, ya ha disputado más de 350 partidos oficiales con el Celta, algo que muy pocos jugadores han hecho a lo largo de la casi centenaria historia del club. 

Por eso debemos tener paciencia con él, confiando en que volverá a ser el que conocemos. A lo largo de su carrera ha tenido altibajos, y momentos de forma que se parecen al que ahora atraviesa, pero siempre ha logrado recuperarse. Tiene que hacerlo, ahora más que nunca, porque la situación del club lo demanda. 

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