Óscar García no reniega de su pasado ni oculta cual es su estilo. En diferentes entrevistas siempre se ha declarado como Cruyffista, una escuela formada por muchos de los jugadores que estuvieron a las órdenes del mítico jugador neerlandés.
“No creo que sea malo ser 'cruyffista'. Soy cruyffista porque he aprendido y he entendido el fútbol de su mano y estoy orgulloso de serlo. También soy ‘ista’ de otros grandes entrenadores de quienes he aprendido mucho, y nadie te coloca el sufijo 'ista’”, declaraba en 2017 a El Periódico, tras proclamarse campeón de Austria por segundo año consecutivo con el Red Bull Salzburgo.
Y es que su carrera ha estado jalonado por los éxitos, que han acompañado a un estilo de juego vistoso y atractivo para el espectador. Logró el triplete con el Barcelona juvenil, ganó la liga israelí con el Maccabi Tel Aviv, y logró 2 ligas y 2 copas en Austria con el Salzburgo en apenas año y medio.
Su estilo es innegociable, aunque siempre trata de adaptarse a los jugadores que tiene: “Los mejores jugadores que puedan jugar con el estilo del Barça están en el Barça, obviamente, y solo el Barça puede jugar como el Barça, pero la base es innegociable. Tú te vas adaptando a los jugadores que te encuentras en cada plantilla, pero aplico esa misma base allá donde voy. Mi punto de partida es el juego del Barça”, señalaba en esa misma entrevista.
Otra de sus señas de identidad es la cantera. En el Salzburgo le pedían que trabajase la cantera, con el objetivo de traspasar a esos jugadores. Durante el año y medio que estuvo en Austria hizo debutar a siete canteranos. Una filosofía que encaja a la perfección con la del Celta, que ha demostrado una decidida apuesta por la cantera en los últimos años.
Los resultados y la imagen del equipo le situará en su verdadero lugar, pero a priori parece una incorporación muy acertada para este Celta.
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