Afouteza


Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo
Desde hace unos años, la palabra afouteza ha cobrado especial importancia en torno al Celta. La gran campaña de Marketing llevaba a cabo durante la temporada de la Europa League puso en el mapa una palabra que muchas personas, gallegas o no, conocieron gracias al Celta. 

Pero las palabras se las lleva el viento, no así los hechos, que quedan para siempre en la memoria, y lo que vivimos ayer es un ejemplo de afouteza, la de un grupo de jugadores que sobreviven a circunstancias muy adversas, incluso en la derrota. Porque sobrevivir con la victoria parece lo obvio, pero ayer el Celta, a pesar de perder, salió muy vivo de Balaídos. 

Vivo y orgulloso. Jaleado por su público por méritos propios, porque a pesar de las circunstancias se mantuvo en pie hasta el último minuto, e incluso gozó de alguna ocasión para recortar distancias, y aunque es evidente que el Granada dio un paso atrás porque ya tenía el trabajo hecho, tampoco es menos cierto que el Celta logró hacerse con el control del partido, y que se supo defender, encajando un gol en un saque de esquina, con muchos menos efectivos para defender que su rival, y a través de un golazo ante el que poco se podía hacer. 

La afición se fue a casa sin los puntos, con cierta cara de tonto por lo sucedido en el terreno de juego con la expulsiones, pero orgulloso de su equipo, que jamás dejó de dar la cara y jamás dejó de pelear, aunque pareciese una locura. Afouteza, en definitiva.

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