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| Foto: Alba Villar/Faro de Vigo |
A pesar de que la fecha no era la mejor, con muchos aficionados apurando todavía sus últimos días de vacaciones, y en pleno puente de agosto, con cuatro días festivos en Vigo que invitaron a muchos a abandonar la ciudad, Balaídos registró ayer una gran entrada, congregándose 23.566 espectadores para ver el debut del Celta más canterano de los últimos años.
La presencia del Real Madrid enfrente también ayudó a que se produjera este casi lleno en el estadio celeste, que no registraba una entrada tan buena precisamente desde otro partido ante el equipo blanco: La visita del equipo de Zidane en el mes de octubre de 2015, según recuerda el diario Atlántico. Aquel día fueron 24.519 los aficionados presentes en el encuentro.
Y si bien es cierto que había un buen número de aficionados madridistas, colados por todas las gradas, lo cierto es que se ha ido reduciendo su presencia de forma paulatina con respecto a años precedentes. Ayer la inmensa mayoría de los presentes eran celtistas, que apoyaron desde el minuto 0 al equipo, y que sobre todo se indignaron con la actuación del colegiado, y pudieron ver en primera persona el debut de un futbolista llamado a dejar grandes tardes en Balaídos: Iker Losada.
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