El Toro embiste con suavidad


Foto: RC Celta
Gabriel Fernández sembró muchas dudas sobre su rendimiento en la primera jornada ante el Real Madrid. Fran Escribá lo justificaba al término del mismo por los problemas personales que le obligaron a viajar a Uruguay, interrumpiendo la pretemporada y su puesta a punto a nivel físico. 

Una semana después, con más entrenamientos y más adaptado a sus compañeros, llegó la mejor versión del Toro, una imagen que le ha reconciliado con la afición, no solo por su gol, sino por todo lo que aportó en  cuanto a fútbol asociativo. Pero si tenemos que destacar de él es, evidentemente su gol, un hecho que siempre es diferencial, mucho más cuando la victoria se cimenta en ese tanto. 

Y no fue un gol cualquiera. El ariete tocó el balón con sutileza con la espuela, empujando el balón suavemente al fondo de las mallas. Su mote indica otra cosa, habla de un jugador potente, que sin duda lo es, pero esconde otras virtudes, que sin duda también tiene. Ayer tocó la sutileza, la suavidad, otro día tocará la contundencia. No es mala mezcla. 

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